jueves, 18 de mayo de 2017

Pasión por aprender ( Alfa y Omega)


La pasión por aprender de las mujeres y su esfuerzo por hacerlo en situaciones adversas siempre me ha apasionado y contagiado. 

De hecho conozco historias increíblemente bellas a la vez que terribles, como la de Antonia, una amiga extremeña que era pastora y recorría kms a pie para llegar al nocturno de Educación de adultas en un pequeño pueblo extremeño, allá por los años 80. 

O historias como la de Lola, otra amiga andaluza, que se sacó el graduado a escondidas de su marido y que convirtió el cuarto de baño en sala de estudio, pues mientras él creía que ella se estaba  maquillando y arreglando para salir, ella hacía las fichas de los temas que tenía que presentar en clase. 

O la historia de Marisa, madre sola con un hijo y obrera en una fábrica de Alicante que consiguió sacarse un doctorado en sociología. 

Estos días he vuelto a experimentar el poder de esta fascinación a través de Meissa. 

Meissa es una joven africana que ha estado viviendo una temporada en nuestra casa. Tiene 22 años y es bella por fuera y por dentro, lo cual le supone tener que enfrentar diariamente el acoso de muchos hombres, incluidos sus paisanos, que dan por hecho que una mujer sola está siempre a disposición de su deseo

Meissa cuenta que, desde pequeñita, tiene claro una cosa que le enseñó su madre: una mujer que quiere ser libre tiene que estudiar y conseguir su propio dinero, de manera que no dependa nunca de ningún hombre. Meissa ha recorrido mucho mundo: Mauritania, Argelia, Marruecos…

Ha trabajado en jornadas inhumanas en fábrica de congelados en Tánger, como vendedora ambulante de bar en bar, en mercadillos ilegales, ha sido cocinera, empleada de hogar, animadora de discoteca…Pero su pasión es estudiar y aprender de la vida y de los libros, por esa razón cruzó el Estrecho en patera hasta Europa … Por eso, estos días que ha estado conviviendo en casa hasta encontrar un alquiler lee y lee sin parar en francés, y en su incipiente castellano 

En mi país, nos dice, y con mi edad tendría que estar ya casada y con hijos. Pero yo quiero otra vida, quiero estudiar y ser libre. Va a clases de español a varios Centros de adultos y recibe clases particulares de algunas amigas españolas. Hace unos días nos confesó, con tristeza, que su corazón a veces se siente como una pelota que va rodando por la vida y que tiene ganas de encontrar un lugar para posarse y entonces se acuerda mucho de su madre y eso le ayuda no perder el Norte.

Su madre, es madre sola y la cuido, como al resto de sus tres hermanas, mejor que ningún hombre, sabiendo hacerse respetar entre ellos. Pero cuando sus hijas se hicieron mayores les explicó que en su pueblo no había futuro para las mujeres que querían ser libres y les animó a emprender el viaje. 

A Meissa se le enciende la cara cuando habla de su familia de mujeres y su voz recobra fuerza.Lo conseguiré, Lo conseguiré , termina diciendo, con la fuerza de mi madre y el apoyo de otras mujeres amigas, lo conseguiré, mientras nos hacemos un guiño cómplice, porque acabamos de recibir la noticia de que una Asociación de Mujeres, acaba de concederla una pequeña beca de apoyo al estudio.

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