domingo, 22 de enero de 2023

LA REVUELTA DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA. Revista Éxodo


La Revuelta de Mujeres en la Iglesia es un movimiento de mujeres creyentes nacido en los diferentes territorios del estado español, que denuncia la discriminación de las mujeres en la iglesia católica y propone una reforma de la misma desde la perspectiva de las mujeres. Aglutina a mujeres de larga trayectoria eclesial y también a jóvenes, involucradas en los diversos feminismos. Además de en grupos específicamente de mujeres, en los que trabajamos desde los parámetros de la teología feminista, estamos insertas en diferentes parroquias y comunidades, así como en movimientos eclesiales (HOAC, Comunidades de Vida Cristiana, comunidades de base, etc.) y algunas congregaciones religiosas. No somos recién llegadas.

En este sentido la Revuelta de las mujeres en la iglesia no cae del cielo, sino que nace de una complicidad compartida y sororal: la de Sophia de Dios y la siembra terca y resiliente de los colectivos de feministas cristianas en nuestro país desde hace más de 35 años. Colectivos como El Foro Ecuménico de mujeres (FEM), La Red estatal de Mujeres y Teología, La Asociación de Teólogas Españolas, la Red Miriam de Espiritualidad Ignaciana Femenina, Dones creients, Asociación Mulleres Cristiás Galegas Exeria, etc, y muchos otros. En esta siembra paciente y tenaz hemos ido poco a poco creando espacios de reflexión, acompañamiento, espiritualidad, celebrativos, publicaciones, etc, así como una importante red entre nosotras. Todo este proceso nos ha ido fortaleciendo y empoderando como un sujeto eclesial activo y crítico, convencidas como diría San Ireneo, interpretado con perspectiva de género, que la gloria de Dios es que las mujeres vivan y lo hagan en abundancia.

En este humus, entre octubre del 2019 y enero del 2020, nace la Revuelta de las mujeres en la Iglesia de Madrid y la plataforma Alce la veu, en Barcelona, movimientos confluyentes, aunque con nombres distintos desde la singularidad cultural de cada uno de ellos. El movimiento inicia a su gestación en el contexto de las huelgas feministas convocadas el 8 M y en el que muchas de nosotras y nuestros grupos participamos activamente, así como en diferentes convocatorias donde activistas cristianas feministas nos vamos encontrando en esos años. Nombro algunas de ellas por ser especialmente significativas: El XXII encuentro de Mujeres y Teología, celebrado en Zaragoza, en el año 2018, los 25 años de la publicación del cuaderno Cuándo las mujeres se sienten Creyentes y feministas convocados por Dones HOAC de Barcelona (2018), o la presentación del libro coral Mujeres, Espiritualidad y Liderazgo en la sede de Cristianismo y Justicia, también en Barcelona (2019).

En los diálogos mantenidos aparece siempre un malestar que se torna pregunta incómoda: estamos movilizadas en la sociedad civil ante la situación de las mujeres, pero ¿para cuándo la reivindicación y la propuesta al interior de nuestra iglesia misma?. ¿Cómo empujar una reforma desde las perspectivas de las mujeres y con una profunda inspiración evangélica?. ¿Cómo hacerlo con la mirada puesta en Jesús y su práctica liberadora y transgresora con las mujeres de su tiempo y su contexto? ¿Cómo hacerlo desde el potencial y el bagaje que la cultura de los feminismos ha aportado a nuestra condición de mujeres cristianas?

Las movilizaciones de las mujeres alemanas del movimiento Maria.2. 0 con la boca amordazada, así como la indignación experimentada ante la negación del voto de las mujeres en el Sínodo de la Amazonia y el lanzamiento del video de varias religiosas españolas, que se hizo viral, apoyando la huelga feminista, fue la chispa que encendió el germen de la Revuelta.

Las primeras en lanzar una propuesta de organización fueron las compañeras de Barcelona que lanzaron una convocatoria abierta de mujeres para analizar y movilízanos ante la discriminación en la iglesia. De este modo nace “Alcem la veu,”, que rápidamente se pone en contacto con compañeras de Madrid que secundan la respuesta y la difunden y movilizan por más lugares de la geografía española. Así estalla La Revuelta de mujeres en la iglesia, hasta que a igualdad se haga costumbre que se coordina desde su inicio con grupos internacionales como el colectivo latinoamericano Tras las huellas de Sophia o Voices of faith. Nos aglutina un comunicado en el que planteamos demandas urgentes de reforma en la iglesia que pongan fin a nuestra discriminación y una acción mundial propuesta por Voices of faith: una concentración creativa el 1 de Marzo del 2019 en la puerta de las catedrales de nuestras ciudades.

La pandemia lejos de debilitar el movimiento nos ha hecho más creativas y fecundas. Hoy estamos presentes en más de 19 ciudades de España y con una fuerte organización a nivel mundial. A la vez tenemos una presencia muy activa en el comité ejecutivo mundial de la preparación del Sínodo mundial de mujeres [1] (Catholic womens council), cuyas propuestas están recogidas en el documento “Voces de mujeres voces de todo el mundo”

Estas aportaciones son fruto de un trabajo permanente de talleres que muchas mujeres en muchos lugares del mundo hemos hecho a lo largo del curso pasado en relación con cinco temáticas que nos parecen de urgente abordaje para una reforma radical de la iglesia desde la perspectiva de género: 1) situación de las mujeres en la iglesia, 2) poder, participación y representación, 3) estructura y transparencia, 4) vida sacramental, 5) resistencia y esperanza.

El pasado mes de Octubre una comisión internacional, con representación española entregó este documento, en propia mano, en Roma, a Natalie Becquart, subsecretaria del Sínodo de los obispos, para asegurarnos que llegarán directamente al papa Francisco. Al mismo tiempo estas propuestas están siendo registradas en todos los obispados donde la Revuelta tenemos presencia y en la propia Conferencia episcopal, convencidas que no habrá sinodalidad sin las aportaciones de las mujeres feministas cristianas, porque como decimos en una de las consignas que coreamos en nuestras movilizaciones “nosotras somos el cambio”.

Recientemente acabamos de publicar un libro en colaboración con compañeras de otros continentes, como la teóloga brasileña Ivonne Gevara, la india Kochurani Abraham o la aymara Sophia Chipiana Quispe, contando la historia del movimiento a nivel mundial y nuestras reivindicaciones y complicidades sororales, que ha agotado su primera edición en menos de dos meses[2].

Vivimos un tiempo a la vez de siembra y de cosecha porque, aunque la iglesia apenas ha cambiado desde el Vaticano II en lo que se refiere a las mujeres, las que sí que hemos cambiado hemos sido las mujeres cristianas. Nos hemos hecho mucho más combativas y resilientes desde la fortaleza y el enraizamiento en una tradición silenciada, como han sido las genealogías femeninas en la iglesia y el bagaje de la teología feminista. Nos hemos hecho expertas en sembrar cambios y acompañarlos a base de transgresión y desobediencias. Por eso estamos convencidas que “Lo que otras plantaron, nosotras cosechamos. Plantaron libertades, sueños, desmanes, quejas, lo nuevo, lo porvenir. Les dijeron que no crecería, pero plantaron. Las llamaron locas, pero plantaron, y como lo plantado tenía raíz fuerte (…) todo llegó a nosotras [3] . Del mismo modo La Revuelta de mujeres en la iglesia es hoy una experta sembradora de lo inédito en una iglesia todavía demasiado temerosa al poder de lo femenino en ella. Pero somos atrevidas y seguimos y seguiremos forzando cambios hasta que la igualdad sea costumbre.



Pepa Torres Pérez

Marisa Vidal




[1] https://www.catholicwomenscouncil.org/es/rome-2021

[2] AAVV, La Revuelta de las mujeres en la iglesia, La Imprenta, Madrid, 2022

[3] Slogan del Grupo editorial feminista “horas y Horas, en su colección La cosecha de  las mujeres.

viernes, 20 de enero de 2023

El barrio de Lavapiés responde a las críticas de la gestión de Manolo Borja como director del Museo Reina Sofía.

 



El recambio en la direccción del Museo Reina Sofía derivado del fin del mandato de Manuel Borja Villel ha provocado un terremoto en el mundo del arte excitando las más bajas pasiones de la derecha mediática y de una parte del establishment de la cultura que le ha visto siempre como un usurpador de lo que consideran su patrimonio exclusivo.

Desde Museo Situado manifestamos que el museo no pertenece sino a la gente, a la ciudadanía, siendo su misma existencia la mejor prueba de ello. Museo Situado nació del encuentro entre una institución que buscaba abrirse a un barrio, Lavapiés, al que tradicionalmente había dado la espalda y una colectividad de vecinas y movimientos sociales que reivindicaban el museo y el arte como espacios desde donde empoderarse y encuerparse y desde donde expresar aspiraciones y demandas que afectan a toda la sociedad, especialmente a sus sectores más vulnerabilizados.

Museo situado es una estructura asamblearia vinculada al Departamento de Actividades Públicas del Museo que nació en 2018 a partir de la trágica muerte de un vecino de Lavapiés, Mame Mbaye, y la convicción sentida por miembros del Museo de que éste no podía seguir indiferente a lo que estaba ocurriendo ante sus muros. Desde entonces Museo Situado, en el contexto de una pandemia que azotó gravemente al barrio, ha puesto en marcha multitud de programas: debates de calado social a través de los seminarios Voces situadas, talleres sobre derechos, mediación y restauración destinados a nuestras vecinas migrantes, campañas en defensa de la sanidad universal y contra la exclusión y el racismo, fiestas, performances y piezas artísticas que, como nos gusta decir, han ido agujereando el Reina Sofía, haciendo que el Museo respire de un modo diferente.

Museo Situado ha reivindicado desde la práctica cotidiana de estos cuatro años el Museo como espacio público y común, un espacio atravesado por una trama de implicaciones que atraviesan y perforan los altos muros y las estrechas fronteras del Museo y redefinen su sentido

Más allá de nombres propios, el equipo del Museo Reina Sofía se ha atrevido a respirar a través de esos poros, de esos agujeros, dando lugar a un aprendizaje institucional que es urgente valorar y defender ante quienes quieran desbaratarlo.

Desde Museo Situado queremos aprovechar este periodo de confusión y de incertidumbre para reivindicar una vez más que el Museo es de la gente y que las vecinas y vecinos hemos venido para quedarnos. ¡No me toques el Museo!

Museo Situado

Red Colaborativa de colectivos sociales del barrio de Lavapiés

martes, 17 de enero de 2023

MEMORIAS TRANSGRESORAS.MAESTRAS DE VIDA (2) Maria Skobtosova: Resistencia y creatividad

Quizás porque soy una lectora asidua de la Biblia en ella aprendí que la noche es tiempo de lucidez y lo onírico un espacio de revelación. Por eso mis sueños están habitados de presencias que conectan con mis búsquedas más ardientes. Bertolt Brecht soñaba con serpientes, pero yo sin embargo sueño con mujeres. Mujeres que me visitan de noche y me cuentan sus secretos. Hace unos días lo hizo Maria Skobtosova, para susurrarme al oído el misterio de su resistencia y creatividad

Soy Maria Skobtosova, aunque el nombre con que me recibió la vida fue el de Elizabeth Pilenko. Nací en 1891, en Riga (Letonia), entonces perteneciente al Imperio ruso. Nací en el seno de una familia acomodada. Desde muy joven destaqué en los ambientes culturales e intelectuales de San Petersburgo. Descubrí en la poesía el lenguaje adecuado para comunicar los anhelos de justicia del pueblo ruso y sobre todo de las mujeres.

Mi situación de privilegio hizo posible que pudiera acceder a los círculos teológicos, que siempre me interesaron y que le eran negados a las mujeres de mi época. Me casé en 1910 con Dimitr Kuzmin Karavaiev, padre de mi primer hijo, mi querido hijo Yuri, que moriría como yo en la cámara de gas. Este matrimonio duró muy poco, aunque siempre fuimos grandes amigos. La situación de los empobrecidos y empobrecidas en Rusia y la emergencia del socialismo levantaron en mí una pasión que me encendió el corazón hasta comprometer mi vida en ello y a renunciar a todos mis privilegios de clase.

En 1917 me afilié al Partido Socialista Revolucionario, pero fui siempre libre de etiquetajes y siglas y por ello tuve que afrontar muchas consecuencias dolorosas. Como cuando los bolcheviques me obligaron a abandonar Crimea, acusándome de enemiga del pueblo. o como cuando poco después, el ejército blanco me juzgó por complicidad con el ejército rojo y del que aún no sé cómo pude salir absuelta.

Por aquel tiempo conocí a Daniel Skobtsov, el gran amor de mi vida. Me enamoré perdidamente, pues nos unía además de forma vigorosa y creativa el sueño de un proyecto de familia abierto y comprometido socialmente con los pobres y la justicia. Nos casamos. Al hacerlo decidí tomar su apellido y renunciar al mío y con ello a lo poco que me quedaba de mi origen y clase.

La miseria y la sangre corrían de la mano en Rusia y nosotros decidimos vivir en el sur, alejados de las luchas por el poder y conviviendo con los campesinos y obreros. Fue allí donde el cristianismo empezó a atraerme con fuerza y el Evangelio se convirtió en esperanza y creatividad en mi vida. Así fue, y de forma aún más intensa cuando mi familia fue obligada al exilio y las fronteras nos separaron. Atravesando muchas dificultades mi hijo Yuri y yo llegamos a Paris donde nos afincamos en un barrio de la periferia, compartiendo techo y vida con otros exiliados.

El sufrimiento del exilio la pérdida de mi marido y de mi hija Anastasia me volcó absolutamente hacia el trabajo social con los más pobres, como una forma colectiva de compartir el dolor y el consuelo y en la que el espíritu de resistencia del Evangelio se me hizo presente cada día. Fue también en París cuando retomé mi pasión por la teología. La amistad con Serge Bulgakov, el gran teólogo ruso, exiliado también en Francia, nos permitió a poner en marcha círculos de pensamiento crítico teológico y una red de acogida y solidaridad para combatir la pobreza extrema en que muchos exiliados e inmigrantes vivían en Francia.

Siempre fui un gran amante de la filosofía, la poesía, la teología, pero fue entonces cuando descubrí con fuerza que el versículo del evangelio “amaos los unos a los otros”, contenía toda la sabiduría del mundo y me entregué apasionada y absolutamente a ello. Como consecuencia de este deseo de entregarme al absoluto de Dios y su encarnación en los pobres cuando decidí hacerme monja y así fui recibida en la iglesia ortodoxa, , con una condición: que mi claustro no sería otro que los barrios pobres del Paris y los corazones rotos de las víctimas de la injusticia y la violencia.

En 1932 hice los votos monásticos y tomé el nombre de María (en memoria de Santa María Egipcíaca). Dos años después en 1934, con otro gran amigo y compañero ruso exiliado, el sacerdote, Dimitri Klepinin en un edificio en ruinas situado en la rue Lourmel abrimos una casa de acogida que posteriormente seria también un símbolo de la resistencia frente al nazismo en la Francia ocupada. Desde esta casa se facilitó la salida del país de cientos de familias judías con certificados de bautismo cristiano a modo de salvoconductos. En 1940 la Gestapo clausuró la casa, Dimitri Klepinin y Yuri, mi hijo, fueron detenidos y enviados al campo de concentración de Dora y yo al de Ravensbrück.

En medio del horror de Rabensbruck, con ayuda de otros compañeros y compañeras creamos grupos de apoyo y de resistencia entre nosotros a través del tejido de bordados de iconos. Me lo susurró una noche el Espíritu, en la que creía que ya no podía más. Un día antes de que el campo fuera liberado me ofrecí voluntariamente a sustituir a una mujer judía, madre de dos hijos en su entrada en la cámara de gas. El espíritu me susurró siempre al corazón algo que escribí constantemente en mis cuadernos: Es necesario vencer la desmesura del mal con el amor y el bien sin mesura”.

Muchas veces me sentí desfallecer a lo largo de mi vida, pero el evangelio fue siempre para mi fuente de resistencia y creatividad. Así lo plasmé también en muchas reflexiones, poemas y oraciones recogidos en el libro El sacramento del hermano. Hoy quiero deciros también a vosotras que nos os canséis de pedir al Espíritu, a la Ruah femenina de Dios, que” intensifique vuestras luchas” como hizo con las mías hasta hacerlas fecundamente eucarísticas



Pepa Torres Pèrez



Entrevista en Huffingtonpost: la Revuelta de las mujeres en la iglesia

https://www.huffingtonpost.es/entry/ni-dios-hombre-ni-mujer-pecadora-o-virginal-estas-mujeres-quieren-cambiar-la-iglesia-desde-dentro_es_63b5aa69e4b0cbfd55e5ae0e.html 

martes, 10 de enero de 2023

SIN CITAS NO HAY DERECHOS ( Alandar Enero 2023)

 


Comienza un nuevo año y con él nuevos deseos y propósitos. Inicio el 2023 con un deseo que es de justicia: poner fin de manera inmediata a esa frontera invisible pero tremendamente excluyente y discriminatoria que es el bloqueo de la página web de Extranjería y la consecuente imposibilidad de obtener una cita para solicitar o renovar la protección internacional. Para una persona refugiada tener cita o no tenerla no es una simple cuestión informática, sino que de conseguirla o no depende que sus derechos como solicitante de asilo puedan ser de hecho reconocidos.

Cada vez que en la página web de extranjería aparece la frase “en este momento no hay citas disponibles” avanza el proceso de indefensión y vulneración de derechos de las personas que han tenido que huir de sus países de origen para salvar la vida y cuyas secuelas urgen ser acompañadas y tratadas.

No conseguir la cita implica ser identificado como una persona sin papeles, con el riesgo de ser deportado al país del que precisamente se ha huido por tener la vida amenazada. Significa también, no poder acceder a ningún programa de acogida, apoyo psicológico, o jurídico especializado público. Significa, de igual modo, negar el derecho a la asistencia sanitaria o ser atendido siendo facturado por ello. Significa incluso perder el puesto de trabajo al no poder renovar la solicitud de asilo. ¿No resulta kafkiano perder el empleo por no poder renovar el DNI? Pues algo así está sucediendo de manera sistemática a muchas personas solicitantes de asilo.

Aunque España reconoce la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (1951) en la que los estados contratantes se comprometen a expedir documentos de identidad a todo refugiado que se encuentre en el territorio y que no posea un documento válido de viaje. (art.27) El gobierno español lleva meses incumpliendo este compromiso, lo cual no es únicamente una cuestión inmoral sino también ilegal. Favorece además indirectamente la compraventa de citas (300 euros por cita) a través de “abogados” que se lucran con las vidas amenazadas de las personas migrantes y refugiadas. Esta situación se ha hecho insostenible y por eso diversos colectivos de luchas migrantes y de Derechos Humanos terminamos el 2022 constituyendo la Asamblea Sin citas no hay derechos, en el marco de la movilización por el 18 D, día de las personas migrantes, en el centro Pastoral San Carlos Borromeo. Por eso somos muchos y muchas quienes tenemos entre nuestros deseos y compromisos más apremiantes para el 2023:

-Conseguir el fin inmediato al bloqueo de las citas en la página web de extranjería, así como exigir el incremento de las mismas para que puedan adecuarse a los estándares mínimos de protección de derechos humanos. Hacerlo con un procedimiento transparente y al alcance de todo el mundo:

– Exigir la dotación de recursos para ello, no tanto policiales, como viene siendo, sino personal especializado en asilo, con perfil más psicosocial y jurídico, con un adecuado apoyo de intérpretes.

–Que no haya tratos diferenciales para distintas procedencias. Que el ejemplo de Ucrania sirva para demostrar que el Estado español, si quiere, pone en marcha los recursos necesarios.

Tenemos 365 días para lucharlo, pero ojalá y que podemos conseguirlo mucho antes.

Hay muchas vidas en juego. Sin citas no hay derechos.

Pepa Torres Pérez