miércoles, 27 de abril de 2022

MUJERES DE LA PASCUA: María Magdalena y la espiritualidad del soltar ( Alandar Abril 2022)

 

 



 En este tiempo de pascua la memoria viva de María Magdalena, tan silenciada y manipulada en la historia de la iglesia toma fuerza y significatividad entre nosotras. La que nuca fue prostituta y siempre apóstol se convierte, en el marco de la aventura sinodal que como iglesia las mujeres estamos queriendo empujar, en maestra de la espiritualidad del soltar que tanto nos apremia. El Evangelio de Juan así nos lo revela (Jn 20, 11-18).    

Magdalena se alimenta de la vida nueva, pero para hacerlo ha de atravesar el duelo que la ata al pasado y superar la nostalgia. Su actitud reta a la nuestra, Nos sitúa ante una disyuntiva siempre costosa: atrapar o lanzar. Aferrarnos a la seguridad de lo que conocemos e intentamos poseer, hacer de Dios una seguridad, tener unas vías de acceso a Él “fosilizadas” ... o abrirnos a su novedad inatrapable que nos urge a innovar caminos, lenguajes, vías de encuentro con Él, de generación en generación y desde la diversidad que, como humanidad, nos caracteriza.

Quizás nos ayude realizar corporalmente la experiencia que sugieren las dos acciones, opuestas, mencionadas, “aferrarnos” o “abrirnos”, y reconocer cómo nos sentimos al hacerlo.

Hacernos conscientes de nuestras resistencias, ganas, temores, impaciencias para, con más consciencia y libertad en esta dinámica de apertura, lanzarnos a la novedad de Dios, a la que nos reta María Magdalena y asumir las consecuencias que ello conlleva.

La vida es un constante aprender a decir hola y adiós, a acoger y soltar, pero no es fácil, pero en el aprender a vivir soltando, sin aferrarnos al pasado, a las seguridades, nos jugamos el encuentro con el Dios vivo.

En el arte de vivir soltando, Magdalena es también una maestra en el camino. “Aun, cuando todavía era oscuro… María Magdalena se puso en marcha hacia el sepulcro”. Su inmenso dolor no la dejó paralizada, sino que su corazón destrozado continuó manteniéndose anhelante y en búsqueda. Su corazón, sus ojos, más allá de los datos empíricos, presintieron que la Buena Noticia vivida con aquel profeta de Galilea no podía  acabar con su muerte, aunque ella misma experimentase en lo profundo que al enterrar aquel cuerpo habían enterrado con él todos los sueños y expectativas de un amanecer diferente para los pobres y excluídos de Israel. Su tentación, quizás como la nuestra, fue la de refugiarse en el pasado y en su propio dolor, lamerse las heridas.

Sin embargo, al escuchar su nombre en boca de Jesús reconoció en el hortelano a su Rabbuni, a su Maestro, y al reconocerle se hizo proclamadora suya, Apóstol apostolorum,  en medio de un montón de dificultades. El “Ve y dile a tus hermanos y hermanas” que escuchó, en lo hondo de su espíritu, de la boca del Viviente la llevó a recorrer caminos insospechados para una mujer de su época. Afrontó el presente y anticipó futuro.

Quizás también hoy pueda pasarnos que andemos un tanto desconcertados y llorosos ante un presente que no terminamos de entender y un montón de expectativas, sueños y proyectos que no han terminado como pensábamos en nuestra vida.

El Resucitado toma el cuerpo de muchos hortelanos, personas y acontecimientos que nos salen al camino de la vida cotidiana y de los hechos de la historia, como a Magdalena. El Resucitado nos invita a adentrarnos en la espiritualidad del soltar. Vivir soltando es decir “hola” a lo nuevo y a lo que despunta como alternativo hoy en nuestros ambientes y “adiós” a lo que se va quedando rancio en nuestro modo de ser y estar en el mundo, también como comunidades cristianas.

Pero para vivir soltando necesitamos también elaborar adecuadamente los duelos. Sólo soltando podemos abrirnos al futuro. Si no soltamos, ya no nos cabe nada. Si con lo que ya tenemos está ocupado nuestro espacio físico, afectivo, mental, no hay lugar para nada nuevo.

Por eso necesitamos, soltar, desalojar, dejar espacio. Si no lo hacemos, nuestra vida, nuestras comunidades, los colectivos en los que participamos, la Iglesia… se quedarán añejos, nostálgicos y llorosos y nuestra fe y nuestro compromiso quedará reducido a ideología y a tópicos o frases hechas. Adentrarnos en este “suéltame” de Jesús a Magdalena es atrevernos a hacernos una pregunta, que siempre resulta tremendamente incómoda:

¿Qué es lo que el Amor nos está pidiendo que abandonemos, dejemos, soltemos, para poder reconocerle como El Viviente, hoy, aquí, ahora?

¿A qué novedad nos inspira y llama hoy su Espíritu, como Iglesia, como comunidades, para testificar que Dios no es un Dios de muertos sino de vivos?


viernes, 22 de abril de 2022

HERSTORICAS: María Zambrano

Tal día como hoy, el 22 de Abril del 1904 nació Maria  Zambrano, una de las mejores filósofas del siglo XX. Marcada por el exilio su pensamiento resulta siempre provocador y estimulante. Sin embargo sigue estando ausente en los manuales de filosofía. 

https://www.youtube.com/watch?v=w0CAdzjl-g4 

sábado, 16 de abril de 2022

Mujeres del sábado santo : Mujeres de lealtades inquebrantables


 

Vivo cada día para matar a la muerte.

 Muero cada día para parir la vida. 

Y en esta muerte de la muerte 

muero miles de veces y resucito otras tantas.

desde el amor que alienta de mi pueblo a la esperanza

                                      Julia Esquivel ( poeta y activista  guatemalteca) 

Las mujeres discípulas acompañaron a Jesús hasta que sus ojos se apagaron. Su espíritu vive hoy en la mujeres de lealtades inquebrantables de nuestros ambientes: las mujeres fieles a sus opciones hasta el final, pase lo que pase, mujeres que no se venden aunque el poder intente comprarlas o manipularlas. Mujeres de resistencia y resiliencia, expertas en noches y en esperanza activa, contra toda desesperanza.

Este sábado santo podemos:

-Nombrarlas, identificarlas

-Agradecer la suerte de que sean compañeras de vida y causas compartidas

-Mirarles a los ojos y poner la mano en su corazón y preguntarles:

-¿Es posible esperar cuando sentimos que la realidad es un callejón sin salida?

-¿Cómo esperar contra toda esperanza?

-¿Cómo esperan las vencidas, los últimos?

-También con ellas como compañeras recorrer nuestra biografía más reciente :

-¿Cómo hemos aprendido a esperar nosotras mismas cuando nos hemos encontrado teniendo que afrontar situaciones límite?

-¿Cuál ha sido nuestro sostén y ayuda en esos momentos de la vida y cómo poder ofréceselo a otras ?

-¿Qué aprendizajes vitales hemos hecho en la densidad de la noche y los duelos en nuestras vidas?

La esperanza no es una propiedad privada sino un regalo comunitario, un bien común que necesitamos cuidarlo, alentarlo en colectivo. La esperanza se parece a las brasas bajo las cenizas. Necesita el soplido comunitario para que emerja de las cenizas y el fuego se encienda de nuevo. 

La esperanza  de las mujeres nunca es una propiedad privada, sino que es un pan amasado por muchas manos y sabidurías diversas.

viernes, 15 de abril de 2022

Mujeres del Viernes Santo: BERTA CACERES


Porque amó  hasta el extremo..

Porque  puso  la VIDA EN EL CENTRO hasta que la suya se hizo terriblemente incómoda  para los poderes de este mundo...

Y por eso la mataron...

pero como dice la comunidad lenka y las luchadoras extractivistas: BERTA NO MURIO, SINO QUE SE MULTIPLICÓ  

https://www.youtube.com/watch?v=Pd_vuxd_zmo 



jueves, 14 de abril de 2022

MUJERES DEL JUEVES SANTO : ETTY HILLESUM


 

“He roto mi cuerpo como el pan y lo he repartido entre los hombres 

pues estaban hambrientos y venían de una  larga privación“


Holandesa, judía, intelectual, heterodoxa. Nacida en 1914 en Middelburg y desaparecida en 1943, con apenas 29 años, en un convoy camino de Auschwitz. Mujer. Buscadora incansable de sentido en el escenario histórico del nazismo. Elige voluntariamente la deportación, pudiendo evitarla, en solidaridad con los demás perseguidos judíos.Convencida que la última palabra sobre la historia no la puede tener la violencia, el racismo y la barbarie, arroja por la ventana del tren en el que es conducida al campo de exterminio donde murió, un mensaje de esperanza y de confianza en la bondad el corazón humano

En apenas dos años, desde 1941-1943 y desde una experiencia de asombro y cultivo de la consciencia e interioridad, Etty se experimentará a sí misma transida por un amor que la desborda y la lleva a encarar solidariamente situaciones límites en su inhumanidad, hasta llegar a escribir en su diario: “He roto mi cuerpo como el pan y lo he repartido entre los hombres pues estaban hambrientos y venían de una larga privación“.

Su itinerario vital es un espejo en el que podemos descubrir que las personas no estamos determinadas por la herencia, la educación, la familia, la cultura ni los acontecimientos.

 No somos lo que la vida nos programa, sino que somos nuestras elecciones. Por eso lo más importante no es “lo que nos pasa” sino “lo que vamos haciendo con lo que nos pasa” y en solidaridad con quienes lo vivimos, movidos por la búsqueda del Amor. 

Por eso las circunstancias, no tienen la última palabra sobre nuestra existencia. Etty lo dejó escrito en sus Diarios para no borrarlo nunca de la página de la condición humana y la historia.

“Las circunstancias exteriores forman un decorado y una acción cambiantes, pero lo llevamos todo en nosotros y las circunstancias no desempeñan nunca un papel determinante, siempre habrá situaciones buenas o malas que aceptar como un hecho consumado, lo que no impide a nadie consagrar su vida a mejorar las malas. Pero es preciso conocer los motivos de la lucha que llevamos adelante y empezar por reformarnos a nosotros mismos y volver a empezar cada día.”






miércoles, 6 de abril de 2022

Blancos y rubios (Alandar Abril 2021)

No puedo con la saturación informativa sobre la guerra de Ucrania, mientras se silencian los más de 25 conflictos bélicos que se siguen produciendo en el mundo y ya no son noticia para casi nadie.

Me runrunea un malestar políticamente incorrecto ante el contraste y la desigualdad manifiesta entre la criminalización de la acogida en otras crisis humanitarias (en Grecia o en Calais…) y la exaltación y plausibilidad de la acogida a las familias ucranianas. Son muchas las personas malienses, palestinas, kurdas, sirias, iraquís o centroamericanas que huyen de otras guerras (incluidas las de las maras) a las que se les niega la acogida o se encuentran con múltiples vericuetos y dificultades burocráticas para conseguir una simple cita que les permita solicitar protección internacional.

No es que no me conmueva el dolor y el sufrimiento de las familias ucranianas que huyen de la guerra, que me parece tremendamente injusto y espeluznante, en medio del manejo de los hilos militaristas de los intereses de la OTAN y la tiranía de Putin. Pero el agravio comparativo es inmenso y resulta tremendamente humillante. Acaso la razón es que son blancos y rubios, o dicho de manera más “educada”, como decía el otro día una compañera de un colectivo vecinal de mi barrio, “forman parte de nuestra cultura y civilización europea y esta guerra amenaza directamente nuestro estilo de vida”.

Pero lo que, sin duda, revela esta oleada de acogida para las familias ucranianas que huyen de la guerra es que si queremos se puede. La voluntad política y social es determinante para alcanzar cambios que se declaran, en otros casos, imposibles.

En estas últimas semanas he estado con cinco mujeres inmigrantes, embarazadas a punto de salir de cuentas, a las que se le ha negado la atención sanitaria y aún no saben dónde van a dar a luz y si les facturarán la atención hospitalaria. Para valorar su situación les han dado cita en la Unidad de Tramitación Sanitaria para inmigrantes... para después del parto. Hemos hecho todo tipo de reclamaciones y la respuesta es siempre la misma: hay colapso, no se puede hacer otra cosa. No hay opciones. También varios amigos llevan meses intentado conseguir una cita electrónica en extranjería para renovar su entrevista de asilo y al reclamar nos dicen que el sistema está bloqueado y que no saben para cuándo podrá haber citas disponibles. Mis amigos están a punto de perder la renovación de su contrato laboral si no consiguen pronto esa cita. Pero la respuesta es siempre el mismo mantra: no se puede hacer nada. La culpa es del colapso.

Sin embargo, muchas y muchos nos preguntamos si del mismo modo que se han puesto en marcha paquetes de medidas sanitarias, sociales y de extranjería para las persona ucranianas, tales como permiso de residencia de un año, ampliable a tres, con posibilidad de trabajar, acceso a la educación y a la salud, plazas públicas para personas vulnerables, embarazadas, comedores sociales, albergues juveniles, plazas gratuitas para jóvenes de entre 3 y 16 años, servicio de traducción e interpretación y abono transporte gratuito, entre otras…no es posible que estas medidas puedan aplicarse al resto de la población migrante y refugiada que huye también de la guerra, del hambre, de la falta de futuro y de otros conflictos bélicos, aunque ya invisibles u olvidados por los medios.

Va a tener razón mi vecina, hay un gran diferencia: no son europeos, no son rubios ni blancos. Son los otros, la negación del nosotros, y para ellos sólo queda la sospecha y la criminalización.


Pepa Torres Pérez

domingo, 3 de abril de 2022

Genealogías femeninas de la revuelta de las Mujeres en la Iglesia : LIDIA DE TIATIRA

Desde la Revuelta de las mujeres en la iglesia de Madrid  este pasado 3 de abril  hemos organizado  el II Taller preparatorio del Sínodo Mundial de mujeres ( CWC) en torno a los ejes poder y participación. En él  recuperamos la genealogía de Lidia de Tiatira, una de las primeras lideresas y mujeres con autoridad en las primeras  comunidades cristianas. Os la presento.   


  

Soy Lidia de Tiatira, gentil, convertida al judaísmo y más tarde al cristianismo, vendedora de púrpura, propietaria de un taller de tejidos en Filipos. con el que di trabajo a muchas mujeres. Juntas constituimos un espacio seguro para nosotras en una sociedad donde la vida de las mujeres no importaba.

Una tarde que estábamos celebrado nuestros ritos judíos fuera de la ciudad, junto al rio Gangas conocimos al apóstol Pablo. Nos conmovió la propuesta de Jesús de Nazaret y su Buena noticia de liberación, que sentimos también lo era para nosotras.

Desde aquel momento abrí mi casa al Evangelio anunciado por Pablo. Me bauticé junto con toda mi casa y me hice también su testigo poniendo todos mis dones y bienes a su servicio. (Hch.16.14-15).

Mi casa se convirtió en la primera comunidad cristiana en Macedonia y en ella se me reconoció el liderazgo y la autoridad. Una comunidad que no necesitaba templos para vivir y actualizar la memoria peligrosa y liberadora de Jesús, sino un iglesia doméstica, donde se practicaba la hospitalidad y la inclusión.

Cuando Pablo y Silas fueron detenidos y encarcelados mi influencia y liderazgo fueron importantísimos para protegerles y mantener unida y cohesionada la recién fundada comunidad. (Hch. 16.16-24) . Fue entonces cuando descubrimos que el Evangelio exigía riesgos y confianzas inquebrantables y que la fe nos hacía iguales. En nuestra iglesia no había estructura jerárquica, sino que éramos una comunidad de participación y ministerios. Em ellas nos respetamos y ayudamos mutuamente entre los varones y las mujeres, los amos y los esclavos, y las distintas culturas.

Juntas descubrimos que Dios era también “ tejedora ” de comunión y de inclusión desde las mas empobrecidas y marginadas