jueves, 23 de abril de 2020

Mis recomendaciones para el día del libro




Fuera de clase. Textos de filosofía de guerrilla, de Marina Garcés, editado por Galaxia Gutenberg (2016) 


El libro es una selección de artículos donde la autora aborda diferentes temáticas que nacen todas del convencimiento de que la filosofía nos ayuda a trazar los caminos de lo impensado, a dibujarlos allá donde no los hay y a diseñar cartografías. La vida duele y los analgésicos mediáticos y farmacológicos ya no nos sirven. La tesis central del libro es que se nos hace más necesaria que nunca la fuerza transformadora del pensamiento, por eso la filosofía por la que aboga Marina Garcés es una práctica de guerrilla y nunca puede ser ajena a la vida. Todos los textos son maravillosos, pero en nuestra actual coyuntura recomiendo especialmente tres de ellos Vidas mancomunadas, la página en blanco y Factor humano. Un libro que atrapa y moviliza por dentro y por fuera, aun en época de confinamiento. 


La cultura del encuentro. Desafío e interpelación a Europa, de Julio L. Martínez, editado por Sal Terrae (2017) 


El libro parte de un cuestionamiento: ¿cuáles son los desafíos sociales que hieren hoy a Europa en su corazón y qué puede aportar a ellos la cultura del encuentro tal como propone el magisterio del papa Francisco? Julio Martínez rastrea con profundidad Evangelii gaudium y Laudato Si para hacer un recorrido teológico y antropológico sobre las categorías cultura y encuentro y proponer una ética samaritana que desafíe las barreas etnoculturales en una Europa moralmente a la deriva. El libro es una buena aplicación de la doctrina del papa Francisco ante problemas cruciales en la convivencia y la vida pública de nuestro día a día. 


El misterio y el mundo. Pasión por Dios en tiempos de increencia, de María Clara Bingemer, editado por San Pablo (2017) 


María Clara Bingemer profundiza sobre el desafío de la increencia a la experiencia religiosa y la relación entre mística y ética. Para ello analiza el sentido y el valor de la biografía, la escritura como resistencia y testimonio y la narrativa teológica. Es a partir de la experiencia de las mujeres y hombres testigos, sus historias de vida y sus experiencias de amor y resiliencia hasta el extremo lo que “da que pensar” y puede hacer “inteligible” el Misterio de lo divino que se encarna en la projmidad. Dorothy Day, Etty Hillesum y Egide Van Broeckhoven constituyen un paradigma de ello. 



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