domingo, 23 de marzo de 2014

"LAS OTRAS MONJAS"

       
MEGAN RICE
MONJA NORTEAMERICANA
ENCARCELADA POR PACIFISTA

http://evangelizadorasdelosapostoles.wordpress.com/2014/02/19/
Se llama Megan Rice, es monja de la Congregación del Santo Niño Jesús. Tenían que haberle dado una condecoración en USA, y un Diploma de Honor en el Vaticano, simplemente por ser coherente, por mostrar la mentira de los sistemas de seguridad atómicos, por apoyar a los más pobres y por ser fiel al evangelio… Pero le han condenado a 35 meses de cárcel, lo mismo que a otros dos pacifistas, por entrar en un complejo atómico de "alta seguridad" de USA (de donde "salieron" las bombas atómicas arrojadas sobre Japón), mostrando el riesgo que ellas implican (¡burlando la vigilancia!) y protestando contra la injusticia que suponen.

El “delito” lo cometieron hace dos años…Y han sido juzgados y condenados hace un mes, a 35 meses de cárcel. Una vergüenza sin nombre para el sistema político-militar de USA y para su forma de administrar justicia. Vergonzoso, sin paliativos para el sistema… ¡A los 84 años a la cárcel, por un "delito" como ése! ¡Y casi nadie ha protestado en los medios católicos! Heroico para la monja y sus dos compañeros. Yo esperaba que los “medios católicos” destacaran el caso, pero pocos lo han hecho. Por eso me atrevo a presentarlo, tras casi un mes (la sentencia se dictó el 18.2.14).Vergüenza que USA y otros países gasten miles de millones en armamento atómico, mientras millones de personas mueren de hambre. ¡Damos más importancia a las armas que a la vida de la gente!.Vergüenza que USA y otros países (¡"amigos" nuestros!) dicten lecciones de moralidad a otros estados, impidiéndoles tener armas nucleares, mientras ellos la tienen para dominar sobre el mundo con terror.


Vergüenza que USA y otros países vayamos dando normas de democracia diciendo qué han de hacer otros, cuáles pueden ser "independientes" y cuáles no... tras imponernos nosotros por las armas.

‒ Vergüenza que las iglesias no apoyen más a esta monja ejemplar con sus compañeros… Vergüenza que no condenen el militarismo de los estados (desde USA a Rusia)… vergüenza que pacten y pacten con los poderes atómicos… y hablen de evangelio, cuando el evangelio está de parte de esta monja.

La Hna. Megan Gillespie Rice nació en Manhattan el 31 de enero de 1930. Su padre fue un médico obstetra, su madre una inquieta historiadora, cuya tesis en sus doctorado fue sobre “las opiniones católicas sobre la esclavitud”. Es la menor de las tres hijas del hogar de los Rice. Su familia la formó en los principios tradicionales y valores cristianos.

La Hna Rice fue a la escuela católica en Manhattan, y siendo muy joven ingresó a la Congregación del Santo Niño Jesús (18 años) graduada en Biología de Villanova y Boston College, donde sus estudios incluyeron trabajos de clase en la Escuela de Medicina de Harvad sobre el uso de radioactivos. Ha sido maestra de niñas en la primaria. De 1962 a 2004, con interrupciones ocasionales , ella sirvió a su orden como una maestra de escuela en Nigeria y Ghana.

No es la primera vez que la Hna Megan se ha visto involucrada en protestas por la Paz y la Vida, lo que ha hecho, le ha llevado a prisión varias veces por “desobediencia” y “desórdenes callejeros”.
La condena contra la Hna Megan Rice, 35 meses de prisión y sus compañeros, 62 meses, son hoy una vergüenza y deshonra para la “Justicia”. Con su actitud la Hna Megan está denunciando: ”Es la criminalidad de esta industria de 70 años”, dijo, ” Gastamos más en armas nucleares que en los departamentos de educación, salud, transporte..., atención de desastres y un número de otras agencias del gobierno que no puedo recordar.

Megan y sus compañeros han llevado a cabo lo que los expertos nucleares han llamado la brecha de seguridad en la historia del complejo atómico de la nación, les acusan de dirigirse al sancta sanctorum del sitio donde Estados Unidos mantiene las piezas de bombas nucleares cruciales y su combustible.
No nos queda ninguna duda, que este atrevido y buen equipo trinitario, con su coraje han mostrado la vulnerabilidad de la que adolece la “seguridad” de un Estado, y del peligro que corre el género humano. Han desafiado el peligro, han ofrecido su vida a fin de proteger la nuestra! Se han apropiado y hecho realidad las palabras de nuestro hermano Mayor: “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos” Juan 15:13.

La hermana Megan Rice saluda presionando la palma de la mano contra el cristal, dando la bienvenida con sus ojos azules a un visitante de la celda que está frente a la suya. Las lámparas iluminan su rostro oval enmarcado por un pelo corto blanco, semejante a un halo. Su uniforme –un mono de color verde, a rayas, zapatillas de deporte y una manta gris por encima de sus hombros– no es el típico de una monja católica romana, pero ella ve su estancia en el Centro de Detención del Condado de Inwin de Georgia como la respuesta a su vocación cristiana.

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