lunes, 27 de abril de 2015

PRICE. CINE SOCIAL PARA PENSAR Y DISFRUTAR, recomendado por J. Padilla y C, Bernáldez




SINOPSIS 

En el verano de 1984, siendo primera ministra Margaret Thatcher, el Sindicato Nacional de Mineros (NUM) convoca una huelga. Durante la manifestación del Orgullo Gay en Londres, un grupo de lesbianas y gays se dedica a recaudar fondos para ayudar a las familias de los trabajadores, pero el sindicato no acepta el dinero. El grupo decide entonces ponerse en contacto directo con los mineros y van a un pueblecito de Gales. Empieza así la curiosa historia de dos comunidades totalmente diferentes que se unen por una causa común. 

Dos luchas diferentes; una es una reivindicación laboral y otra es una lucha por el reconocimiento de la identidad sexual; ambas diferentes, pero ambas justas; cuando luchamos por lo justo, nada debe ser diferente, nada debe ser ajeno.

Dos horas de película que pasan rápidamente gracias a las situaciones cómicas que se producen en la relación de los rudos mineros con el grupo de LGSM (Lesbianas y Gays apoyan a mineros sus siglas en inglés). Hay diferencias entre ellos, pero lo que intenta poner de manifiesto el cabecilla del grupo de los gays es que uno no puede luchar sólo por sus intereses. Cuando una persona es capaz de movilizarse por algo que le afecta directamente tiene que ser capaz de movilizarse también por otras causas justas. No podemos mirar hacia otro lado cuando podemos hacer algo por los demás. La lucha debe ser solidaria o fracasará.El representante de los mineros del pueblo elegido se siente impresionado por las muestras de solidaridad de gente desconocida. La huelga de mineros de 1984 duró un año. Muchas familias pudieron soportarla gracias a los fondos de resistencia que se nutrían de la generosidad y solidaridad de otras personas no implicadas en la huelga.Los mineros supieron después devolver el favor y el Sindicato de Mineros desfiló en Londres en el primer Día del Orgullo Gay que se celebró una vez acabada la huelga, demostrando el apoyo de los mineros a un colectivo que en esos años estaba empezando a conocer el miedo al SIDA. Hoy por mí, mañana por tí.

Después de reir durante toda la película acabamos con un nudo en la garganta por el mensaje que transmite, con un aplauso espontáneo de los no muchos espectadores de la sala y con un subidón reivindicativo que pusimos en práctica nada más salir del cine.

No hay comentarios:

Publicar un comentario