La
experiencia que hemos ofertado parte de las claves de la espiritualidad
ignaciana, más allá de su literalidad, ya que hemos puesto el acento en un
enfoque de género. Creemos que ha sido de gran ayuda
-Los
textos bíblicos interpretados desde una exegesis feminista y liberadora.
-La
apertura de cada una de las personas y el grupo en si mismo al Espíritu- Ruah,
que acude que siempre en ayuda de nuestra debilidad (Rom 8, 26).
-Los
anhelos y las propias búsquedas profundas de comunión, sororidad y fraternidad
que hemos ido compartiendo.
-La
integralidad de la pedagogía ignaciana.
Todo ello
nos ha ayudado a re-conectar con la FUENTE DEL SER y reorientar nuestras vidas
de forma agradecida, desde el riesgo y el asombro del Amor.
Una bonita experiencia también de trabajo en equipo, como pareja de mujeres acompañantes, que nos anima a seguir haciéndolo juntas en próximas convocatorias.
Seguimos ....
Pepa Torres Pèrez
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