miércoles, 5 de julio de 2023

Noches insomnes (Alandar Julio 2023)


Me cuesta dormir estas noches. No se si es la ola de calor o el alto voltaje de un mapa político en manos de la ultraderecha, o quizás ambas cosas. En mis noches insomnes la creatividad se me dispara y juego a sub-vertir acontecimientos que suceden por el día y que forman parte de la realidad kafkiana que se nos impone y que demasiado frecuentemente terminamos por naturalizar.

Anoche subvertí el juicio de un amigo mantero que actualmente lleva en España 5 años. Es solicitante de asilo, camarero en una cafetería del barrio de Salamanca e intérprete de una Escuela de derechos en el Museo Reina Sofia. Llegó a España por Tenerife cruzando la frontera mortal del Atlántico mientras otros compañeros de la patera no tuvieron esa suerte. Al llegar a las costas españolas le metieron en un CIE creándole un estado de tristeza en que creyó que iba a morir, pues nada más ajeno a su sueño europeo que saberse preso al llegar a tierras españolas. Días después, sin darle ninguna explicación, junto a otros compañeros, le metieron en un avión y cuando creía que le estaban deportando dirección a Dakar su tristeza se volvió alegría al descubrir que el avión aterrizó en Barajas.

Le dejaron en la calle sin ninguna orientación y el mismo, como pudo y contactando con paisanos llegó a Lavapiés. Alguien le dio dinero para el metro y nada más bajarse y salir a la calle lo primero que vio fue dos chicas besándose. Se extrañó, pero también ese beso le hizo sentir libertad. Unos paisanos le acogieron en una habitación compartida con otras personas y enseguida se dio cuenta que para sobrevivir no tenía más opción que vender bolsos de Luis Vuitton. Hoy tres años después, convertido en camarero profesional la justicia le acusa de un delito contra la propiedad intelectual en el que la víctima es Luis Vuitton (por cierto, la segunda fortuna más poderosa en Francia, y actualmente con sede en Suiza para no pagar impuestos).

Con ese juicio por medio no le renovarán su asilo y perderá su trabajo. Es mucho lo que se juega además de la multa y la indemnización que tendrá que pagar a esta transnacional si le declaran culpable. Pero nada de eso le suele interesar a los jueces, que prefieren no mirar a los ojos de los manteros cuando firman sentencias. Hoy cuando acudió al juicio, no pudo celebrarse, pues los policías no se presentaron por estar de vacaciones y tampoco los representantes legales de la marca. El juez decidió entonces que había que aplazarlo para dar una oportunidad a los policías y a la marca.

En mis noches insomnes juego a buscar finales alternativos donde los y las invisibles no son ninguneados, donde se reparan dignidades quebradas y se resarcen derechos, donde las oportunidades se les brindan a los pequeños y no a los que les expolian. Así imaginando finales alternativos frente a la dureza de la realidad y la violencia de la “justicia” con los empobrecidos y empobrecidas somos muchos y muchas los que nos recargamos de imaginación y utopía para no cejar en el empeño de subvertir el desorden clasista, racista, y colonial que los mercados nos imponen

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