Es para mí un honor participar con vosotros y vosotras como pregonera en la inauguración de vuestra asociación. Cuando me invitó Ricardo Gayol acepté porque me sentí enseguida identificada con los objetivos y el nombre de los colectivos que estrenáis esta sede: La Plataforma Democrática de la Diversidad Funcional y Puedo.
Frente a los mensajes que se nos imponen y las consigas ideológicas del “No hay nada que hacer” vuestro “PUEDO” contagia el mío y el de tantas personas y colectivos que luchamos contra toda forma de exclusión y por una sociedad donde la diversidad sea reconocida y no sinónimo de desigualdad.
Puedo es también el verbo que conjugaba Patricia, mi compañera de estudios en la Facultad de Filología y cuya invidencia no le impidió obtener la licenciatura y dedicarse a la literatura que era una de las grandes pasiones de su vida y marcharse años después a Francia con su marido, también profesor como ella y abrirse a una cultura diferente
Puedo es también el verbo que conjuga una vecina invidente de mi bloque, con la que coincido en el grupo de crianza de Esto es una plaza y de la que siempre me impresiona su habilidad para llevar a su hijo de la mano, cargar con las bolsas del supermercado, sostener el bastón, reconocer mis paso por la escalera y pararse a conversar conmigo. El verbo poder se conjuga en personal pero es sobre todo en colectivo cuando adquiere dimensiones imparables como estáis queriendo significar con el nombre y el sentido de vuestra asociación. Así le sucedió también a otra gran mujer a la que admiro HELEN KELLER.
Activista y escritora, autora de Luz en la oscuridad, comprometida con el sufragismo y las luchas de las mujeres trabajadoras en Estados Unidos, fue fundadora de la Unión Estadounidense por las libertades civiles (1920). Hellen Keller era sordo-ciega pero vivió y murió convencida que mucho peor que no tener dvista es perder la visión, algo que vuestra asociación tiene claro: la visión de que es imprescindible sumar ilusiones, ganas, rebeldías, propuestas, indignaciones, inteligencias y creatividades para generar organización colectiva, porque sòlo desde un asociacionismo crítico podemos tener fuerza para exigir el derecho a la igualdad de oportunidades y de trato, la accesibilidad al empleo, la inclusión, la vida independiente y la erradicación de de toda forma de discrminación
La vida es una aventura atrevida o no es nada, por eso no podemos dejar de atrevernos, como diría también Helen Keller a soñar otros mundos posibles, otros barrios posibles, otros centros de trabajo, universidades y escuelas posibles donde la diversidad sea reconocida y valorada, una sociedad más accesible que reconoce la dignidad de las personas y en consecuencia sus derechos humanos y sociales sólo por el hecho de hecho de serlo.
Para ello necesitamos sumar voces, entonar cantos que nos muevan a la esperanza y al si se puede…Steve Wonder y Ray Charles son también dos buenos maestros en el arte de sumar polifonías, por eso os invito a que terminemos este pregón entonando juntos y juntas una melodía emblemática en la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en su derecho a tener derechos : OH HAPPY DAY
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