viernes, 31 de enero de 2020

Comentario Evangelio.1 Febrero


Comentario Evangelio.1Febrero
(Mc 4,35-41)
¿Por qué tenéis miedo?

Lo contrario al miedo no es la valentía, sino la fe, aventurar la vida en la osadía de creer. Pero creer en Dios no es una fórmula mágica ni un salva-conducto. No nos ahorra nada ni soluciona nada, aunque nos sostiene en todo, nos da fundamento y suelo, cuando sentimos que perdemos pie ante la densidad de los acontecimientos. Creer en Dios es creer a Dios, es decir, dar crédito a que las promesas de Dios se cumplen en Jesús de Nazaret, en el “ya sí, pero todavía no del reino” y abandonamos la vida en la confianza activa de que esa promesa se siga habiendo historia, gesto, solidaridad, palabra viva en nuestros ambientes. 
¿Cuáles están siendo nuestros principales miedos como comunidades cristianas en este momento?. ¿Cuáles nuestras esperanzas y a qué riesgo no surgen y con quiénes?.

viernes, 24 de enero de 2020

Comentario al Evangelio.25 Enero


Comentario al Evangelio. 25 de sábado (Mc 16,15-18)
Proclamad el Evangelio a toda la creación 


La Buena Noticia del Evangelio lo es para la humanidad toda, por eso somos invitados e invitadas a proclamarla a toda la creación. La Resurrección de Cristo tiene también una dimensión cósmica. Creer en el Resucitado nos compromete a humanizar y cuidar la vida en todas sus dimensiones. El mundo es el cuerpo de Dios y el ser humano no es “amo” sino que forma parte de la comunidad de la vida, de la comunidad cósmica. Por eso el Evangelio tiene también una dimensión ecológica que hemos de redescubrir, porque el clamor de los pobres y el clamor de la tierra son un mismo clamor. Por eso creer en Jesús nos compromete también con un estilo de vida cuidadoso con la paz, la justicia y la integridad de la creación, que garantice la sostenibilidad de la vida, sobre todo de la más amenazada y vulnerada que ayude a sanar y liberar la tierra de la depredación y violencia a la que es sometida por los intereses del lucro y el poder y en complicidad con nuestra indiferencia.

jueves, 23 de enero de 2020

Comentario al Evangelio,23 Enero

Sigo publicando cada día desde el Blog de la Red Miriam los "Comentarios del Evangelio del año 2020", porque son los primeros publicados por la editorial San Pablo escritos por una mujer. A quienes no sois cristianas o cristianos esto os parecerá una nimiedad, pero no lo es absoluto dada la resistencia de numerosos sectores de la iglesia en abrirse a la perspectiva de las mujeres y al lenguaje inclusivo, A partir de hoy los publicaré también en mi blog, porque algunas personas y grupos me lo están pidiendo y por la polémica que han generado en algunos ambientes conservadores.
Gracias, editorial San Pablo por esta oportunidad y vuestra apuesta por las mujeres. 

                        Comentario al Evangelio,23 Enero

                               Marcos 3,7-12

                     Jesús, la palabra de la vida

La capacidad de atraer y convocar que tiene Jesús no es por sus palabras o discursos, sino que, como dice el texto, la gente acude a su encuentro “al oír lo que hacía”. Es la palabra de la vida y el testimonio lo que hace creíble a Jesús y suscita en la gente deseos de estar con Él y participar de su Buena Noticia. Sus gestos y sus acciones provocan liberación y sanación entre quienes la vida les resulta una carga demasiado pesada y anhelan un mundo y unas relaciones alternativas. Por eso ser sus testigos y "testigas" nos compromete en ser agentes de ese otro mundo y otras relaciones posibles y hacerlo al modo de Jesús, desde su ternura y su cuidado amoroso.


domingo, 19 de enero de 2020

LOS CUIDADOS.... LO QUE EL CAPITALISMO NOS HA DEJADO



Un gusto que las territorias domésticas compartamos acto con todas estas compañeras
A POLITIZAR LAS CALLES, LAS OLLAS Y LOS DELANTALES...
hasta  que la dignidad sea costumbre 

martes, 7 de enero de 2020

Comentario Evangelio 8 de enero

Comentario Evangelio 8 de enero (Mc 6,34-44)

La lógica de lo común 


La economía del Evangelio no es la lógica del cálculo ni la del atesorar, sino la lógica del don y el milagro del compartir bienes y recursos. Ante el hambre de la gente el texto refleja dos tipos de miradas o enfoques. La mirada de los discípulos y la mirada de Jesús. 

La mirada de los discípulos es una mirada carencial, que les incapacita para ver los recursos que tienen las personas de cara al abordaje de su situación. Su lógica es capitalista, en tanto que no se les ocurre otra alternativa que no sea la del dinero para resolver la situación. 

Sin embargo la mirada de Jesús es una mirada que descubre potencialidades y no sólo carencias en las personas afectadas y por tanto detecta que en ellos mismos puede estar la alternativa a su situación. En este texto se revela la economía del reino como la lógica de lo común. En el compartir de dones, bienes y servicios acontece el milagro que hace posible que haya vida en abundancia para todos y todas y aun sobre.

lunes, 6 de enero de 2020

Comentario al Evangelio. 7 de Enero

Comentario al Evangelio. 7 de Enero (Mto 4,12-17.23-25) 

El profetismo entrañable de Jesús 


La vida es mucho más que una coyuntura pero las coyunturas son importantes en ella. Nos ayudan a tomar decisiones. La detención de Juan urgió a Jesús a su vida pública. Pero su profetismo no es sacrificial sino entrañable.

De la sinagoga a las fronteras y periferias de Israel Jesús queda afectado por el sufrimiento del pueblo y anuncia la Buena Nueva del Reino sanando y liberando a quienes no pueden más, devolviendoles la esperanza y la dignidad arrebatada. Jesús es la misericordia de Dios en acción, la misericordia de Dios en relación. 

En sus gestos de ternura y reconciliación el Reino se actualiza y urge a nuestra conversión y seguimiento comunitario, como aquellos primeros discípulos que dejándolo todo le siguieron.

Comentario al Evangelio, dìa 6 de Enero. Epifanìa

Comentario al Evangelio dìa 6 de Enero. Epifanìa 


(Mateo 2,1-12)


Reconocer la estrella 


La universalidad del Evangelio nos saca de nuestras comodidad e instalación y como a los Magos nos urge a salir hacia las periferias para encontramos con la encarnación de Dios. Lo que para unos es causa de profunda alegría para otros resulta amenazante por miedo a perder sus privilegios. El mesianismo pobre y vulnerable de Jesús es signo de contradicción desde el principio de su vida hasta el fin. 

Por eso, como los Magos necesitamos estar atentos y atentas y reconocer las señales de su manifestación entre nosotros. ¿Qué estrellas orientan hoy nuestro camino como comunidades cristianas en la salida hacia las periferias para encontrarnos con el misterio del Reino que se hace niño y vulnerable?. ¿Qué queremos y podemos ofrecerle?. 



sábado, 4 de enero de 2020

2020:Año de la Biblia. LA PALABRA COMO FUENTE DE ALTERNATIVIDAD





La Palabra de Dios es fuente de vida y alternatividad que pide ser personalizada y encarnada como le sucedió a Lucía Peláez, la protagonista de una historia narrada por Eduardo Galeano:

Cuando Lucía Peláez era muy niña, leyó un libro a escondidas. Lo leyó a pedacitos, noche tras noche. Mucho caminó Lucía (…) en busca de gente. Y a lo largo de los años en sus viajes iba siempre acompañada por los ecos de aquellas lejanas voces que ella había escuchado, con sus ojos en la infancia. Lucia no ha vuelto a leer ese libro. Ya no lo reconocería. Tanto le ha crecido adentro que ahora es otro, ahora es suyo” (E. Galeano. El libro de los abrazos)

También el poeta León Felipe nos recuerda que el sentido de la “palabra” es interiorizarla, introducirla en lo más hondo de una misma: “Quien tenga una palabra, quien tenga una doctrina, que se la coma”, que la haga carne de su carne, que se deje transformar internamente por ella. Así es la Palabra de Dios, una palabra hecha carne, cuerpo, pueblo, historia, cultura, una palabra que pide ser interpretada existencialmente, porque como escribió Charles Pegui 1

Dios no nos ha dejado palabras muertas

que nosotros debamos encerrar en pequeñas o grandes cajas,

sumergidas en aceite rancio como si fueran momias de Egipto.

Dios, hijo mío, no nos ha dejado conservas de palabras para guardar

sino que nos da palabra vivas con que nutrir.

Las palabras de vida,

no se pueden conservar más que vivas (…)

ardientes en un corazón vivo (…)

Lo mismo que Jesús, la Palabra de Dios hecha carne,

tomó un cuerpo para poder pronunciar estas palabras y hacerlas oír,

así nosotros, que somos carne, tenemos que aprovecharnos de ser carnales

para poder calentar esas palabras, para alimentarlas en nosotros vivas y carnales.

Lo mismo que una madre nutre y alimenta sobre su corazón al recién nacido (…)

así, aprovechándonos de que somos carne debemos nosotras nutrir con nuestro corazón,

con nuestra carne y nuestra sangre, la Palabra viva de Dios.


La Palabra pide siempre una hermenéutica del espíritu y abrirnos a ella es dejarnos conducir por el dinamismo encarnatorio que la habita, que es siempre una provocación a nuestra libertad y solidaridad. Desde los Santos Padres es conocida la clásica distinción entre los tres sentidos bíblicos: el literal, el sentido histórico y el espiritual o existencial. El texto bíblico nos revela la Palabra de Dios, pero también nos revela dónde y cómo Dios se revela hoy en nuestra historia. Cuando el texto realiza este discernimiento hay una producción de sentido espiritual que se opone radicalmente al fundamentalismo bíblico que reduce la Palabra al sentido puramente literal de la Biblia o al historicismo bíblico que la reduce a su sentido puramente histórico. Hay un texto muy bello de San Agustín que ilustra muy bien lo que puede ser el sentido espiritual-existencial de la Biblia: La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrito para ayudarnos a descifrar el mundo para devolvernos la mirada de la fe y de la contemplación y para transformar toda la realidad en una gran revelación de Dios.

Por eso adentrarnos en La Palabra es exponernos al riesgo de  dejarnos conducir y transformar por ella, para lo cual es necesario cuidar algunas actitudes :

-Acogerla como Palabra encarnada y actuante en cada momento de la historia y en cada cultura y disponernos a participar en su dinamismo creador y transformador de forma integral, porque en Dios no hay dualismos. Dios no tiene por un lado un discurso y por otro una praxis. Dios al hablar “hace” y nos invita a hacer con Él. En Dios no hay separación, sino inclusión e integralidad. La Palabra de Dios es una palabra que obra, y que nos invita también a nosotras a que nuestro decir, sea un hacer, que nuestra teoría o nuestra teología sea una teo-praxis. 

-Aceptar entrar en su movimiento relacional. La palabra de Dios es dialogal. Invita a la reciprocidad. Dios no se impone, se expone a nuestra libertad, a nuestra escucha honda y acogida. Así la palabra actúa de partera de la novedad del reino en cada persona y “Nos va haciendo amigos y amigas e Dios y profetas“(Sb 7,27) 

- Hacernos conscientes de que si podemos ser “oyentes de la palabra” es porque la Palabra mora en nosotras y la encarnación de Dios preña toda la realidad 
Ello pide el cuidado de la interioridad, porque la vida en el espíritu exige no sólo “salir” sino “entrar”, porque todo éxodo nace de una aventura interior que tiene como protagonista la acción de Dios en el corazón humano. Por eso, necesitamos vivir con oído atento al murmullo de los pobres, y con atención suma al murmullo interior del poso que esa escucha deja en nosotros y nosotras para experimentar y vivir con actitud agradecida el misterio de amor en el que “somos, nos movemos y existimos” (Hech. 17,28) y desde él acoger la fuerza y la esperanza que nos capacita para afrontar y combatir el sufrimiento y la injusticia. 

Por eso la palabra es en nuestra vida fuente de solidaridad y compromiso, porque no es una Palabra neutra, sino a favor de las víctimas. Es universal, pero desde este lugar hermenéutico, que es también un lugar social, un lugar afectivo, un lugar espiritual: el de los excluidos y excluidas, el de todos aquellos y aquellas que anhelan una humanidad, un cielo y una tierra nueva. Por eso la Palabra es fuente de alternatividad. 































1 Charles Pegui, Palabras Cristianas, Herder, Salamanca, 2002

Comentario al Evangelio 4 de Enero


Comentario al Evangelio día 4 de enero (Jn 1,35-42)

¿Maestro, dónde vives? 


Esta pregunta sigue viva en nuestros ambientes hoy aunque no se exprese en lenguajes religiosos. El anhelo de sentido y de plenitud de nuestro mundo se expresa en códigos culturales que necesitamos interpretar. Más allá de las crisis de los sistemas religiosos el corazón humano está sediento de una experiencia honda que le colme y le dé fundamento. 

El Evangelio tiene capacidad para conmovernos y transformar radicalmente nuestras vidas si nos abrimos a su novedad desinstaladora. Hay encuentros que nos modifican, que marcan un antes y un después en nuestra existencia, como le sucedió a los primeros discípulos. 

Hay diálogos que contagian y animan a la esperanza y la utopía del Reino. ¿Cómo cultivamos en nuestras comunidades cristianas el sacramento del encuentro y estamos atentos a los deseos que despierta?.

viernes, 3 de enero de 2020

Comentario al Evangelio del 3 de Enero

Comentario al Evangelio del 3 de Enero (Jn 1,29-34)

La fuerza del testimonio 

El testimonio interpreta los signos y hace creíble la fe. El testimonio de Juan Bautista como el de tantos hombres y mujeres testigos en la historia de la iglesia nos mueve a la autenticidad en el seguimiento de Jesús y a dar razón de nuestra esperanza. Pero el testimonio para ser veraz requiere la hondura y la gratuidad de la experiencia. Las palabras se tornan huecas si antes no han sido pasadas por el corazón. Por eso el cultivo de la interioridad y la personalización son condiciones imprescindibles para un testimonio profético.

La Buena Noticia del Evangelio más que apalabrar se encuerpa y dar testimonio de ella, más que un imperativo ético, es un don del Espíritu que nace del agradecimiento y la alegría, aunque conlleve costes. Por eso el hombre y la mujer testigo lo son desde una experiencia de radical humildad y confianza en un Amor mayor que les sostiene y sobrepasa.

jueves, 2 de enero de 2020

Comentario al Evangelio 2 de Enero

Suscitar condiciones de posibilidad 
(Jn 1,19-28) 

El grito de Juan Bautista en el desierto: Preparad el camino al Señor es una provocación que nos saca de nuestra zona de confort y nos lleva a preguntarnos cuáles son hoy los desiertos donde se hace necesario suscitar condiciones de posibilidad para que la Palabra encarnada de Dios sea reconocida y acogida.

¿Cómo identificar las necesidades de salvación de las personas que nos rodean en el corazón de nuestros ambientes secularizados y en los que los lenguajes y símbolos religiosos han dejado de significar, pero no por ello exentos de búsqueda de sentido y de anhelo por otro mundo posible?. 
¿Qué nuevos lenguajes gestos, signos, somos urgidas a poner en práctica?.

Suscitar condiciones de posibilidad para el acceso a la fe requiere también no cansarnos de echarle creatividad y paciencia 
en el arte de acompañar procesos, porque la fe más que doctrina es experiencia, 
y en identificar en lo más hondo de los clamores de la humanidad e
el clamor de Dios mismo en su encarnación.

miércoles, 1 de enero de 2020

abierta a la novedad del 2020

 Abierta a un nuevo año para seguir luchando contra las necropolíticas de las fronteras  
y por vidas que merezcan la alegría de ser vividas... 
Por un 2020 antirracista, feminista y en buena compañía.