viernes, 23 de diciembre de 2022

MEMORIAS TRASGRESORAS, MAESTRAS DE VIDA. DOROTHY DAY ( Alandar Diciembre 2022)

La memoria de las mujeres está viva en la historia, aunque demasiado frecuentemente en sus márgenes, 
silenciada, invisibilizada o manipulada. 
Pero sus vidas
 nos habitan y nos visitan con su clamor profético, traspasando los limites espacios temporales.
 Hace unas noches me visitó en un sueño 
y me contó el suyo
 Dorothy Day.

Soy Dorothy Day, nací en Brooklyn en 1897, en el seno de una familia de periodistas de tradición anglicana no muy practicantes, con una educación abierta, que sembró en mí deseos de una vida en libertad y compromiso social muy tempranamente. Mi infancia estuvo marcada por el terremoto de San Francisco. Los miles de personas que perdieron sus casas y su trabajo se quedaron en mi retina de mujer adolescente grabados para siempre. Quizás por eso en mi época universitaria y de joven periodista, ya en Illinois y más tarde en Nueva york, me uní al Partido Socialista norteamericano y me enamoré de las masas del mundo obrero y pobre que deambulaba por las calles o tomaba las plazas en las grandes manifestaciones obreras a partir del crack de 1929.

Pero mucho antes en el año 1917, en plena guerra mundial, mi opción por el pacifismo me llevó a incorporarme a la Liga contra el Servicio militar y a las sufragistas que se posicionaron contra la guerra. Esta fue la primera vez que fui encarcelada. Las cárceles formaron también parte de mi vida, porque frente a las leyes injustas, las guerras, la carrera armamentística, y la política imperialista norteamericana, opté por la desobediencia civil y la resistencia activa. Estuve presa en más de seis ocasiones, la última cuando tenía 75 años, con Cesar Chávez, por apoyar las movilizaciones de los trabajadores y trabajadoras temporeras, las espaldas mojadas, exigiendo sus derechos.

Viví una larga soledad, porque no me fue fácil encontrar el modo de encauzar la pasión por la justicia y la libertad que desde muy joven bullía en mi interior. Recorrí muchos lugares y transité muchas búsquedas: el anarquismo, el sindicalismo, los ambientes intelectuales y obreros en Nueva York, Chicago, Washington, Florida, México, incluso un año en Europa. Tuve grandes amigas como Rayna Proheme, atea y socialista, con la que desde jóvenes salíamos a buscar a las mujeres que dormían en los parques para proporcionarles un techo de forma temporal en nuestras propias casas.

Me enamoré intensamente de dos hombres. El primero de ellos me desgarro el corazón y me llevó a decisiones equivocadas de las que me arrepentiré toda la vida y cuya herida me costó sanar. El segundo fue Forster Buttermann el padre de mi querida y única hija Tamar Teresa. Compartíamos ideales sociales muy importantes. Él, en concreto desde las filas del anarquismo y el ateísmo militante. Pero mi vida tomo un vuelco insospechado cuando, a partir del embarazo de Teresa, me sentí habitada por un misterio de gratuidad que me hizo renacer de nuevo, como si todas las piezas de mi vida empezarán a tener sentido.

Intuí entonces lo que años después escribiría en mi libro Sin mordazas “la presencia de la inmensidad de Dios y a la vez los atisbos del infierno sin Él”. Una experiencia reconciliadora y de sentido que me llevó, sin saber cómo, a la lectura del Evangelio, los salmos y los profetas y a orar con ellos, y a acercarme al cristianismo. Fue así como tomé la decisión de querer bautizar a mi hija y más tarde hacerlo yo misma. Fue en el año 1927. Yo tenía 30 años y esta decisión supuso la ruptura definitiva con Forster Buttermann.

En 1932, cubriendo la marcha contra el hambre en Washington, en la que miles de obreros de todo el país se movilizaron denunciando las condiciones de explotación y pobreza en las que estaban viviendo, tuve una experiencia fundante, que daría un vuelco radical a mi vida y a la de mi hija Tamar Teresa. ¿Dónde estaban los cristianos y cristianas en aquellas movilizaciones? ¿Qué hacia la iglesia por ellos? Esas preguntas aguijoneaban mi interior una y otra vez. Al día siguiente en el Santuario de Nuestra Señora de la Concepción, donde acudí a rezar, pedí a Dios con fuerza que me ayudara a encontrar el camino para poner toda mi vida al servicio de los trabajadores y los pobres.

Al día siguiente llamó al timbre de mi casa el que luego sería mi gran hermano y compañero Peter Maurin, proponiéndome fundar el periódico y movimiento Catholic Worker. Había leído mis artículos y creía que me podía interesar. Él era mucho mayor pero el proyecto me sedujo desde el inicio. Ambos compartimos la admiración por Kropotkin, San Francisco de Asís y la utopía del evangelio. Nos dolía la distancia de la iglesia y del mundo obrero y sus iniciativas meramente asistencialistas. Fundamos Catholic Worker convencidos que era necesario llevar las implicaciones sociales del Evangelio a la calle y que los bienes de este mundo no podían ser acaparados por nadie, sino que había que compartirlos. Por eso siempre estuvimos contra toda forma de acumulación de la riqueza y nos acusaron en numerosas ocasiones de comunistas.

Nuestro sueño con el movimiento Catholic Worker era y sigue siendo promover una revolución no solo económica y social, sino una revolución espiritual, una revolución del corazón, centrada en la comunidad, la dignidad de las personas y el bien común. Una revolución verde, y no violenta, que pasa par la creación de una red de casas de hospitalidad y granjas comunitarias comprometidas con la pobreza voluntaria, la justicia social y la hospitalidad con las personas marginadas, paradas, precarizadas y excluidas.

Junto a esta red de hospitalidad, el periódico Catholic Worker fue fundamental como herramienta de concienciación del mundo obrero y excluido desde la perspectiva de la justicia social y la solidaridad. El primer número lo sacamos en 1933. Pero también otro pilar clave del movimiento fueron los grupos de acción directa. A través de ellos denunciamos la injusticia y la violencia estructural y actualmente mantienen una gran fuerza y vitalidad profunda. Sus objetivos son educar, inspirar, y activar a los católicos para actuar por la justicia y construir comunidades inclusivas e implicadas en la la lucha contra el racismo y la opresión. Actualmente están muy comprometidas con el movimiento Las vidas negras importan (Blacks lives matter), con las luchas migrantes o el cierre de Guantánamo.

Con mi hija y otros compañeros me recorrí el país entero allá donde cualquier pequeño grupo de personas quería impulsar el movimiento. Nunca renuncié a mi vocación de periodista, pues para mi escribir es como respirar. La larga soledad es mi obra autobiográfica. Años más tarde escribir Panes y peces, donde narro la historia del movimiento a partir de hechos cotidianos. Pero también podéis encontrar muchos de mis artículos en Sin Mordazas, o mi itinerario de búsqueda creyente en Mi conversión, o mis reflexiones sobre una de las mujeres cuya espiritualidad me resulta enormemente sugerente: Teresa de Lisieux en un libro que lleva su nombre: Therese.

Cuando me convertí al cristianismo lo hice también a la iglesia. En sus contradicciones descubro también las mías. Pero eso no me quitó libertad para cuestionar su colaboracionismo y silencio ante las guerras, los ejércitos y la injusticia o la violencia estructural también al interior de ella misma. No me escandalizan las contradicciones pues conozco bien las mías y las de mi propia historia, Como cuando escribí, desnudando mi corazón que la masa de arrogantes cristianos burgueses que negaba a Cristo en sus pobres me hizo volverme al comunismo. Fueron los comunistas y mi colaboración con ellos los que me hicieron volverme a Dios.

Pero ha sido sin duda el amor humano el que me ha ayudado a entender el amor divino, el amor desinteresado, encendido que nos permite vislumbrar el amor de Dios hacia los hombres. El amor es lo mejor que podemos conocer en esta vida, pero debemos conservarlo y cuidarlo. No se trata solo de un sentimiento cálido y gratificante. Has de pasar por temporadas de quietud y silencio, de desgana y de tregua, crece también en el sufrimiento la paciencia y la compasión

Desde que pusimos en marcha las comunidades de hospitalidad siempre he sentido que Dios está con nosotros en nuestras cocinas, en nuestras mesas, en las colas del pan, en nuestras granjas, que es Él quien calienta sus manos en el fuego junto a nosotros y busca en nuestras casas comida y refugio,

Gran parte de mi intensa vida fue una larga soledad, la de vivir sin Dios y sin comunidad, pero todo cambió radicalmente cuando empecé a compartir la vida codo a codo con quienes tenían hambre y sed de justicia y creían en la revolución del corazón. allí descubrí que la encarnación no es un hecho del pasado, la encarnación es ahora.




Pepa Torres Pèrez



Celebración inter-religiosa por la paz en solidaridad con Ucrania y la revueltas en Irán

https://www.youtube.com/watch?v=JrmCSQylYgM 

 Compartir diálogo con mi amigo Ramtin...todo un placer  

martes, 20 de diciembre de 2022

No hablo de ti, te guardo

 



Hoy hace un mes que tuve la pérdida más grande de mi vida,

pero paradójicamente la ha dejado llena de luz y de agradecimiento,

Como dice Begoña Abad en un poema :

Cada día no hablo de ti.

Te guardo (…)

Cada vez que pronuncio palabras esenciales

pan, agua, caricia, mano,

risa, beso, luciérnaga (…)

silencio ….

y yo añado

libertad, imaginación,

misterio, valentía,

PRESENCIA INFINITA Y ETERNA

jueves, 24 de noviembre de 2022

IN MEMORIAN DE MI HERMANA SUSANA TORRES PÉREZ


Como muchos y muchas sabéis mi querida hermana pequeña Susana enfermó gravemente con un linfoma hace un año y ocho meses. Tras una dura y esperanzada lucha contra la enfermedad nos dejó el 20 N a las 15,40 de la tarde a los 47 años de edad.

Acompañarla en este tiempo ha sido para nosotros una gran suerte y un inmenso privilegio. Ella era una profunda creyente en la vida y en el amor y así vivió cada instante hasta el final. Dos días antes de su muerte nos dictó lo que quería decirnos a todos el día de su entierro.

Entre otras cosas que EL AMOR ES LA VIDA y que aprovecháramos cada momento como una oportunidad para amar, que nos comiéramos la vida abocados y nos rodeáramos de gente hermosa, porque los amigos y la familia eran el mayor tesoro.

Unos días antes de morir escribí este texto que comparto.

Gracias a todas las que nos habéis acompañado en este tiempo y seguís haciéndolo. 


Al filo de la vida

Contemplo tu cuerpo dependiente y resiliente,

tu dignidad inquebrantable 

y tu pasión amorosa por la vida, 

con toda su fragilidad y belleza


Al filo de la vida

siento tu latido al límite 

convertido en brújula y timón de la mía,

de la nuestra,

de quienes te amamos y tenemos la suerte de poder cuidarte y disfrutarte 


filo de la vida sostenemos juntas la esperanza

de un mundo de colores,

con sabor a gominolas y en permanente estado de alegría


Al filo de la vida

rebuscas en tu historia los mejores momentos,

la incondicionalidad de tus amigas,

los proyectos que se truncaron

y otros nuevos que te salieron al camino sin buscarlos

que ha hecho de ti una mujer agradecida, reconciliada feliz y plena.


Al filo de la vida solo te quedas

con el agradecimiento y el "que te quiten lo bailao",

como repites una y otra vez.


Al filo de la vida "no te viene bien morirte ahora", como nos dices,

y "la toalla no se tira más que en la playa".


Al filo de la vida nos nombras y nos llamas "gente hermosa"

cuando la hermosa eres tú.

Al filo de la vida nos dices que nos quieres,

 - y nosotras mucho más,

"hasta el infinito ida y vuelta"-. 


Al filo de la vida

nos llega tu luz 

como potencia que sostiene la noche de perderte


Al filo de la vida ¡nos quedan tantas cosas... ¡

¡tantos aprendizajes abiertos¡: 

Tus preguntas,

 tu humor, 

tu genio,

 tu transparencia

 y el convencimiento de que "el sol siempre sale",

 y que cada amanecer es un guiño cómplice de tu presencia constante

alentándonos, empujándonos siempre en la defensa de la vida y la alegría.

 

Siempre por la vida, 

despojando de su poder a la muerte y la tristeza,

porque como tú nos has dicho tantas veces el amor es la vida 

y vamos a seguir peleándola juntas hasta el final,

contigo a la cabeza, querida hermana Susana,

constantemente,

que es nuestra forma de decirte

PARA SIEMPRE

 

Pepa Torres Pèrez

 


miércoles, 5 de octubre de 2022

VII Seminario Mujeres en Diálogo


https://seminariomujeresendialogo.blogspot.com/2022/10/vii-seminario-mujeres-en-dialogo.html 

Ya está aquí la nueva convocatoria del Seminario. Esta vez  incluyendo temas  interreligiosos  y  de coloniales. No te lo pierdas  

lunes, 3 de octubre de 2022

Presentación del libro Ética Cristiana y ciudadanía global: 4 de octubre. Colegio Mayor Chaminade


El 4 de Octubre en la Cátedra de Teología Jose Antonio Romero, conocida popularmente como  Cátedra Chaminade,  presentaré el libro Ética cristiana y ciudadanía global. Un  libro imprescindible para pensar y movilizarnos lúcida y comprometidamente en la deriva socio-política que atravesamos, desde una perspectiva creyente liberadora. 

Lo haremos en el contexto de la presentación del curso XLII  de la Cátedra,  que aborda el tema de La verdad desde una visión crítica y multidimensional  



OS ESPERAMOS 

domingo, 18 de septiembre de 2022

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Lectura recomendada: Mujer que no poseeré jamás ( Miguel Ángel Mesa)

Mujer que no poseeré jamás (Punto Rojo Libros, Madrid 2022)

Conozco a Miguel Ángel Mesa desde hace más de 20 años y desde que publicó su primer libro: Del desierto a la solidaridad, en el año 1995, soy una asidua lectora de todo lo que escribe, que es tan diverso como polifacética su personalidad. Pero sin duda es su palabra poética la que más me conmueve por su sencillez y su hondura.

Un poeta es alguien que bucea en su interior hasta encontrar la palabra precisa para nombrar lo inefable, la belleza o el horror que traspasa el corazón humano y al hacerlo conecta con experiencias que resultan universales sin renunciar a la singularidad de la propia. Ser poeta es situarse en la realidad con la sensibilidad abierta y a la espera que acontezca el milagro de la palabra que el universo regala a quienes viven sostenidos y sosteniendo en ella. Porque al contrario de quienes dicen que las palabras se las lleva el viento y no sirven para nada, la palabra honda y verdadera, que nace de las entrañas, como la palabra poética de Miguel Ángel, es aliento, caricia, soplo de vida y esperanza que nos moviliza en la búsqueda del derecho a la belleza y la justicia y hacer histórica la utopía.

Así sucede con este nuevo libro. Mujer que no poseeré jamás es una antología del Miguel Ángel Mesa más personal e íntimo y a la vez comprometido con la causa de la liberación de las mujeres, por la equidad de género y contra toda forma de violencia y dominación patriarcal.

Desde hace muchos años su autor se reconoce como un varón feminista en trabajo permanente con otros hombres y mujeres en la deconstrucción de una masculinidad normativa y comprometido en la búsqueda de un nuevo modo de ser varón, más allá del patriarcado. Deconstrucción en la que su mujer Marisa y sus hijos Abraham y Ruth han sido y son fundamentales, pero también tantas amigas y compañeras de militancia en colectivos sociales y acciones feministas en las que Miguel Ángel participa, como decimos en la Revuelta de Mujeres en la Iglesia, hasta que la igualdad y la ecojusticia sean costumbre.

Las protagonistas de este libro son las mujeres. Su autor no pretende otra cosa que seguir caminado codo a codo con ellas en las luchas feministas sin robarles la palabra, el liderazgo ni su protagonismo. Caminar a su lado y agradecer el despertar en su vida de la dimensión femenina que la amistad y el compañerismo con mujeres despiertan en su sentir, en su pensar, en su hacer, en su decir, en definitiva, en un modo nuevo de estar en el mundo, dejando salir el ánima, aprisionada y violentada por tantos siglos de machismo en la vida de las mujeres, pero también en la de los varones.

La tonalidad de los poemas de este libro es también muy diversa. Muchos de ellos han nacido de las experiencias compartidas temporalmente del autor en Centroamérica y del reconocimiento de la aportación de las mujeres campesinas en lo que el mismo llama la revolución de la creatividad, en la resistencia y la apuesta por la vida, como el poema que lleva por título Profunda dignidad. Otros recrean a autores referenciales como Eduardo Galeano con el titulado “Ellas, las nadies”. 


Otros tienen un carácter mucho más íntimo como Déjate o Me vienen ganas de besarte, Me salvas o Transido de luz, pero todos en definitiva son poemas que nos urgen a reconocernos como iguales y a vivir encendidos hasta que despunte el alba de un mundo liberado de la feminización de la pobreza y la violencia de género, prendernos en fuego hasta hacerlo posible. Un libro lleno de belleza y compromiso

.Pepa Torres

viernes, 9 de septiembre de 2022

¿Proyectos o procesos? ( Alandar Septiembre 2022)

 


Llegó Septiembre, retomamos trabajos, activismos, un nuevo curso por delante. Es tiempo de seguir apostando por aquello en lo que creemos y buscar y cuidar estrategias, pedagogías, espacios comunitarios, etc, donde convertir la utopía en inédito viable. Es tiempo de mancharnos las manos, la inteligencia y el corazón en ello y de hacerlo comunitariamente

Tras la distancia que da el descanso del verano, volvemos a lo cotidiano con un sentimiento ambiguo y contradictorio, mezcla de resistencia e ilusión. En nuestro lugar del mundo septiembre es tiempo de proyectos y programaciones. Los calendarios empiezan a llenarse con reuniones para planificar el curso, identificar prioridades, fijar objetivos y acciones, hacer cronogramas, compartir responsabilidades, etc.

De la práctica pedagógica y social hemos aprendido que los proyectos son una herramienta concreta necesaria para responder a una realidad que queremos transformar y que nos reta desde sus posibilidades, sus necesidades y carencias, por eso han de ser concretos, precisos, evaluables, y han de temporalizarse. Con ellos intentamos responder a la vida de forma coherente y eficaz. Sin embargo, la vida es mucho más que un proyecto, los transgrede constantemente porque no cabe nunca en una programación con casillas previamente establecidas. La vida es un permanente y sorprendente acontecimiento y no podemos ponerle diques a su asombro e intemperie. Lo que si podemos es prepararnos para encararla comunitariamente y vivir como oportunidad lo que nos acontece por sobrecogedor que nos parezca. Por eso, sin menospreciar ni un ápice los proyectos creo que es mucho más importante la atención y el cuidado de los procesos. A menudo lo más importante de los proyectos no es que cumplan los objetivos esperados, sino que desencadenen procesos personales o colectivos en los que la vida más vulnerada y el cuidado estén en el centro y como acompañarnos en ello.

Por ahí va mi propuesta para este inicio de curso: poner la atención en los compañeros y compañeras con quienes vamos aventurando la vida y toda nuestra intencionalidad en generar espacios de respiro y liberación donde conjugar un nosotras abierto y diverso. Espacios sin derecho de admisión, en los que más fuertes que las diferencias lo sean las articulaciones y junturas. porque, reconocer las junturas en que somos da fuerzas para generar otras nuevas[1]. Porque a estas alturas sabemos de sobra que no hay cambio ni transformación histórica que no pase por la relación y el cuidado de los vínculos. Desde el compartir juntas y juntos vulnerabilidades y precariedades estas pueden convertirse en potencia transformadora y desinstaladora del sistema e ir así poco a poco generando zonas liberadas.

¿Qué es mas importante la meta o el camino?, preguntó una joven discípula a su maestra. La respuesta quebró toda polarización excluyente: Lo más importante, lo extremadamente valioso, es con quienes se va haciendo el camino.

Pepa Torres Pérez






[1] J. M. Esquirol, Humano, más humano. Una antropología de la herida infinita, Barcelona, 2021, pág. 14

domingo, 28 de agosto de 2022

Luz R Casanova. memoria viva

Tal día como hoy, en el año 1873 nació Luz Casanova, la fundadora de mi congregación: Apostólicas del Corazón de Jesús. 

Leyendo este poema de Begoña Abad  siento que así fue su vida  y la de tantas compañeras que me han precedido en esta forma de vida tan paradójica como inmensamente feliz y llena de sentido

Recuerda  que el dolor del otro a ti te ha de doler,

porque si no es así

tu también estas muerta  . 

Levántate tantas veces como te llame la Vida,

tantas como te palpite el corazón de los invisibles (…) 

Cuando dudes  cual es tu revolución 

pregunta a los que nadie escucha.

Cuando  quieras saber a que has venido, 

a donde debes ir 

coge su mano y déjate llevar a su terreno.

Sólo ahí te reconocerás,

soltaras tus miedos 

y te dejarás  crecer la vida.

Porque solo la vida puedes perder 

y ata es la única certeza

que puede hacernos fuertes  

Con ella y con tantas compañeras maestras de vida , resistencia y ternura radical seguimos remando  hasta que todas las vidas importen 

https://www.youtube.com/watch?v=hug1NLbLymM 

miércoles, 24 de agosto de 2022

Presencia infinita


 Ayer hizo tres años que la presencia de mi madre en mi vida  se tornó de otra manera...

La siento a cada rato...

Cuando me doy crema por la mañana y me  masajeo el cutis,    

cundo me miro en el espejo y me gusto, 

cuando cocino un plato rico, 

cuando hablo en público,

cuando me siento orgullosamente feminista 

y privilegiada por formar parte de una generación de mujeres  

que pudieron llevar a cabo algunos sueños 

que a sus madres les parecían imposibles. 

Gracias madre, raíz, hermana...

Presencia infinita en mi cuerpo, en mi sangre, en mis sueños  

 

domingo, 14 de agosto de 2022

jueves, 11 de agosto de 2022

VIVAS NOS LUCHAMOS ( Alandar Agosto 2022)

Con este título y a modo de epílogo termina uno de los libros cuya lectura más me ha conmocionado últimamente: Horizontes del feminismo. Conversaciones en un tiempo de crisis y esperanzas, de la filósofa Silvia Gil.

Reivindicar la lucha en el mes de agosto, en periodo vacacional en este lugar del mundo desde donde escribo, puede parecer a algunos inapropiado e incómodo, pero las noticias de la crisis energética que se nos avecina (como si no estuviéramos ya en ella), las consecuencias del cambio climático, con media España arrasada por los incendios y la muerte de varios trabajadores a consecuencia de las olas de calor y la precarización de sus condiciones laborales, nos obliga a ello.

Soy una ávida lectora de la teología mujerista y siempre me ha llamado la atención la centralidad que da a la lucha como una categoría fundamental en ella. La lucha entendida en su dimensión comunitaria, no como algo heroico ni sacrificial, sino como entraña de la vida y por tanto unida a la fiesta y a la alegría, sin negar el sufrimiento, pero sin dejarse determinar por él. La lucha como resistencia y propuesta colectiva que nace del deseo, de la puesta en marcha de formas de imaginar comunitariamente que la realidad tiene que dar más de sí, que no podemos conformarnos ni resignarnos ante el mundo-catástrofe que se configura cada vez con más fuerza y su lógica biocida.

Lucharnos vivas es resistir a las lógicas individualistas y meritocráticas que pretenden hacernos creer que cada uno y cada una tiene lo que se merece, como si los elementos estructurales e interseccionales: sexo, clase, raza, nuevas formas de colonialismo no incidieran en las vidas cotidianas de las personas y los pueblos. Lucharnos vivas es mantenernos en la valentía compartida y disidente de querer transformar de raíz el sistema asesino en el que vivimos, por insostenible y porque en la pelea cotidiana por reconstruir la vida mercantilizada y agredida estamos siempre las mujeres desde los trabajos invisibilizados, feminizados y racializados.

Lucharnos vivas es no cejar en el empeño por empujar en común y en diversidad otros modos de sostener la vida y ponerla en el centro que no se basan en un modelo predefinido y con manual de instrucciones, sino en generar resistencias desde, por y con la vida, donde el cuidado esté en el centro y no los intereses del mercado. Y esto no podemos hacerlo sin lucha, pero tampoco sin pasión por la vida y ternura radical. Apasionarse por la vida es descubrir que su fuerza está en lo germinal, en la vulnerabilidad compartida y asumida, en la eco y la interdependencia y valorar cada paso, cada avance, cada iniciativa, por sencilla e imperceptible que parezca.

Pero la lucha que necesitamos no es posible sin la fuerza del amor político, de la ternura radical, que es cuidado mutuo y autocuidado, que rompe con la lógica d
e la guerra en la que el fin justifica los medios, e instaura la de los vínculos compartidos, las conexiones e interconexiones, porque no hay cambio social ni paradigmático sino participan en él y se entrecruzan los afectos y hace que lo personal sea político.

Vivas nos luchamos, nos espera un otoño duro (ya nos están avisando). A la vuelta de agosto volveremos a tomar las calles, los espacios porque el colapso civilizatorio avanza en cada estremecimiento, pero a la vez también las resistencias y zonas liberadas. Nos luchamos y seguiremos haciéndolo vivas.

lunes, 4 de julio de 2022

Mi vecino Paco ( AlandarJulio)

https://www.dailymotion.com/video/x22hqpb

Me gusta llamarle así, aunque no es mi vecino propiamente sino el de mi padre, pero su cercanía y empatía son tan grandes que bien pudiera ser el vecino que a todas nos gustaría tener. Le conozco desde hace años, tanto como mis padres llevan viviendo en un barrio al que se fueron cuando los hijos nos emancipamos. La escalera y el ascensor fueron y siguen siendo nuestros principales lugares de encuentro, pero siempre me llamó la atención la calidez de su saludo y su vitalidad externa, pese a estar cerca de los 70. En una escalera de vecinos y vecinas más bien grises y de portes muy correctos, Paco, vistiéndose con colores pasteles, rosas, naranjas o amarillos, llenaba de luz, y sigue haciéndolo, la escalera. También sus tres pendientes en la oreja le delatan como una persona sin miedo a la originalidad y libre frente al que dirán.

A menudo le veía con otro amigo, de aspecto más serio y reflexivo, pero siempre disponibles a echarme una mano con el carrito de la compra cuando iba cargada y afables y cuidadosos en su interés por la vecindad, incluidos mis propios padres. Mi madre siempre decía que eran los vecinos más delicados y divertidos de todo el edificio y que en las Juntas de la escalera, cuando había algún conflicto, siempre se les ocurría contar algo que relajaba el ambiente y facilitar así seguir con la reunión. Fue mi madre quien me dijo que el amigo de Paco se llamaba Luis y que eran pareja: “vamos hija, que son mariquitas o gais, como se dice ahora”, fueron realmente sus palabras.

El covid fue muy duro en la escalera donde viven mis padres y especialmente con Paco, que le ha dejado como secuela una enfermedad pulmonar que le obliga a ir con la botella de oxígeno a todas partes y a permanecer muchas temporadas hospitalizado. Echo de menos el colorido de sus ropas rompiendo la monotonía gris de la escalera y sobre todo su sonrisa franca y animosa. Ahora con quien me encuentro es con Luis y soy yo la que pregunto por la salud de Paco. Me cuenta a menudo lo mal que lo ha pasado con la enfermedad de su compañero, cuando creía que se moría, porque llevan juntos 40 años y no puede imaginar su vida sin él. A veces el rellano de la escalera se convierte en un lugar de confidencia y me cuenta que su vida no ha sido fácil, que han vivido muchas cosas maravillosas juntos, también algunas muy difíciles, porque él tenía mucho miedo a salir del armario y que fue Paco quien le ayudó a hacerlo y a descubrir que por encima de la familia hay cosas muchas más importantes cuando ésta no te acepta ni te quiere como eres. Otro día me habló de su padre, del sufrimiento que le generó su rechazo durante mucho tiempo, pero ¡lo que es la vida!, al final cuando ya era muy mayor y enfermó fueron ellos los que se lo trajeron a casa para cuidarle.

A Luis le tiembla la voz cuando habla de Paco y de todo lo que han construido juntos. Hace unos días me dijo que están pensando en casarse y que muchos amigos les estaban animando a hacerlo. También me dijo que se había enterado de que yo era monja y que él también era católico, aunque Paco no, y que Paco decía que no hay religión ni ley mayor que el amor y que entonces él había pensado que algo así dice el Evangelio.

Desde muy joven tengo la suerte de conocer y tener amistad con muchos Pacos y Pacas, muchos Luises y Luisas, la suerte de haber entretetejido mucha vida en común,  que me ha  ampliado mi visión de la vida, de las relaciones, de la sexualidad, del evangelio, etc, me ha hecho consciente de la urgencia de luchar y educar contra toda forma de homofobia en la sociedad civil y en las iglesias. Por eso el 28 J, el día del orgullo LGTB + es también para mi un día de fiesta y lucha, tan grande o más que una misa en la catedral.



Pepa Torres Pérez




viernes, 1 de julio de 2022

EL EVANGELIO ES HOY, EL EVANGELIO ES AHORA ( revista de Pastoral Juvenil, Junio 2022)


Cuando tenía 20 años, a partir del trabajo socio-educativo con jóvenes y niños en un barrio marginal de Madrid atravesado por el fracaso escolar y la heroína, la frase de Dorothy Day con la que titulo este artículo se me reveló como una verdad que transformó radicalmente mi vida y mis opciones. Descubrí entonces la importancia de los contextos y las nuevas significaciones que adquiere la realidad según desde donde se la interprete y se habite. No es lo mismo un contenedor de basura de un edificio de vecinos, para quienes el portero es el encargado de sacarlo cada noche a la calle, a lo que significa para quienes viven de rebuscar entre ellos. Todo conocimiento, como señala la activista feminista Dona Haraway, es situado: no puede desligarse de los contextos ni de la subjetividad de quien lo emite.

Lo mismo sucede con el Evangelio y la necesidad de contextualizarlo, porque la fe cristiana no es un principio ni una abstracción, ni siquiera solamente unas creencias. La fe cristiana es “ejercicio”, es praxis y nace en las periferias. En un territorio “insignificante” del que no se espera nada bueno y visto siempre bajo sospecha por el poder político y religioso (Jn 1,46), como tantos lugares marginales hoy en nuestro mundo. Geografías malditas de donde la gente lo que quiere es huir, pero sin embargo otros y otras deciden permanecer, porque se convierten para ellos en un Horeb donde Dios les invita a descalzarse y a comprometerse de manera comunitaria en este terreno sagrado y con quienes lo habitan.

Por eso creer en el Evangelio es dejarse seducir por un periférico. Alguien que nace y muere fuera de la ciudad, que se ve obligado a desplazarse con su familia como un refugiado huyendo de un genocidio (Mt 2, 13-23), como tantas familias refugiadas hoy; que es condenado injustamente como un antisistema (Mc 15,10-15) y cuyo Abaa es también el Dios de las periferias: El Dios de las esclavas, como Agar, cuyo dolor le conmueve hasta mostrarle su rostro: He visto al que me ve, (Gn 16,13). El Dios que abandona el templo para ponerse a la cabeza del pueblo cuando es deportado (Ez 1,1-28), cuyo culto es la misericordia y la projimidad, y para el que no hay un lugar físico privilegiado para adorarle, como le reveló a la mujer samaritana, sino una actitud en espíritu y verdad (Jn 4,5-42). Por ello, la liberación de las periféricas y periféricos, o dicho en el lenguaje del papa Francisco, los y las descartables, es el signo de su presencia entre nosotras (Lc 7,22).


Por eso también las periferias son un lugar privilegiado para hacernos despertar a una nueva conciencia: de nosotros y nosotras mismas, de los demás, de la divinidad. Una conciencia más holística, planetaria, interdependiente y también feminista, por lo que provoca como anuncio, en tanto que nos abre a lo que permanece oculto desde la lógica del poder y del sistema, pero también como denuncia. Por eso ser cristianas y cristianos hoy es ser porosos al grito de los y las invisibles, los vicarios de Cristo, donde se nos siguen revelando historias sumergidas y paralelas que nos remiten al Evangelio como anuncio y como denuncia:

-Nuevas Marías sin techo, dando a luz en una casa ocupada y a las que se les niega la asistencia sanitaria por estar en situación irregular. Otras sirofenicias, con las que compartimos escalera, nuevas vecinas de nuestros barrios que reclaman resilientemente justicia, derechos, inclusión para sus hijos e hijas, frente a los discursos de odio y el racismo estructural que emerge como sombra de muerte en nuestros barrios.

Nuevos Zaqueos, Levís y Nicodemos que en la proximidad con quienes habitan el revés de la historia descubren que hay que subvertirla desde abajo para que el amor, la justicia y la comunión lleguen de hecho realmente a todos. Porque la salvación, o es desde abajo y empieza por las últimas y últimos, o es imposible que sea universal, como anunció Jesús de Nazaret con su vida y sus palabras.

-Nuevas Martas y Marías, no de Betania, sino de Carabanchel, Vallecas, Lavapiés, El Pozo, La Cañada, La Ventilla, y tantos otros barrios periféricos, que hacen de sus vidas y sus casas lugares de hospitalidad y aprendizaje mutuo de aquellos y aquellas a quienes todas las puertas se les cierran.

-Nuevas viudas pobres del evangelio, que comparten no lo que les sobra, sino lo que necesitan para vivir, porque la vida compartida es el mayor tesoro.

-Nuevos jóvenes ricos, a los que al final les puede más el deseo de seguridad que la vida como un proyecto abierto de solidaridad y confianza sostenida en el buscad el reino de Dios y su justicia y lo demás se os irá dando por añadidura (Mt 6,24-34).

Pero esta realidad es invisible a los ojos del poder y del éxito. Requiere romper con las gafas de la superficialidad y la banalización del mal que tan a la moda están en estos tiempos. Sólo así podremos darnos cuenta de que la fe es lo más opuesto a la justificación, la ideologización o la instalación y que leer el Evangelio con ojos críticos y sensibilidad contemplativa nos saca de nuestras zonas de confort y nos moviliza a ser iglesia en salida, porque el Reino está siempre mucho más allá de las estructuras eclesiásticas y donde dos o tres estéis reunidos en mi nombre allá estoy yo entre vosotros, nos dice Jesús (Mt 18,15-20).

El Evangelio es hoy, el Evangelio es ahora, pero para así descubrirlo ha de ser contemplado y contrastado comunitariamente desde una interioridad que se va descubriendo habitada y para ello cuida también la soledad y el silencio. Sin embargo, lo paradójico de nuestra fe es que la autenticidad de la experiencia contemplativa en nuestra vida no es una cuestión de piedad, sino de profetismo y compromiso. La calidad de nuestra oración o nuestras experiencias de Dios no se miden por cuántas horas estamos en silencio sino por nuestra projimidad vivida hasta las últimas consecuencias (Mt 7,21-29). 

Porque Dios es Palabra, clamor y grito. Hay un texto maravilloso en el libro del Eclesiástico que remite al poder del grito de los empobrecidos y empobrecidas para romper la imparcialidad de Dios. Su grito es tan fuerte e insistente que atraviesa los cielos, traspasa las nubes, llega hasta el mismo Dios y no cesa hasta ser escuchado, de modo que hace que Dios tome parte, es decir, participe de sus luchas y sueños haciéndose parcial con ellos y ellas (Sir 35,15-21).

Por eso los gritos de los y las invisibles de nuestro mundo son la brújula de la Iglesia, de manera que cuando dejamos de ser compañeros y compañeras de vida, de luchas, de riesgos y sueños en común con ellos y ellas, la Iglesia deja de ser la Iglesia de Jesús. Pero estos gritos no son sólo de opresión y sufrimiento, sino también de júbilo y acción de gracias, como cuando ganamos un desahucio, unas medidas de alejamiento, un juicio por despido improcedente, evitamos una deportación de alguien ingresado en un CIE (Centro de Internamiento de inmigrantes), o un grupo de personas subsaharianas salta la valla de Melilla al grito de Boza. Porque el mundo de los pobres paradójicamente no es sólo el mundo de la carencia, sino también el de la creatividad y el derroche.

Por eso el Evangelio es una Buena Noticia y hay que celebrarla. Va de banquetes y fiestas, aunque atraviese momentos oscuros, y nos invita a ser más cantores que plañideras, a compartir la mesa de la vida y los derechos con todos los expulsados y expulsadas del banquete neoliberal que hoy acontece en nuestro mundo.

Porque el Evangelio es ahora, el Evangelio es hoy, mujeres y varones somos urgidos a “ponernos el delantal” y vivir la “operación igualdad”, que no es otra cosa que ser y hacer eucaristía, mesa compartida, donde la humanidad toda nos sentemos a compartir los dones recibidos y los bienes de la tierra sin que nadie quede excluido.

Pepa Torres Pèrez

Presentación del libro Adultos vulnerados en la Iglesia en Tras las huellas de Sofìa.


Un placer y un compromiso compartir  diálogo y música ayer con Paula Merelo, Elia Fleta y las compañeras de Tras las huellas de Sofia ante la realidad sangrante de los adultos y adultas veneradas en la iglesia.

Rompamos la cultura del encubrimiento.

Justicia y reparación para las víctimas.

https://youtu.be/zd_zG9ZntJ4 

Teología en las periferias. De amor y cuidados en tiempos de incertidumbre


Una alegría esta recensión de mi libro Teología en las periferias en la revista de la facultad de teología de Murcia, escrita por  Bernardo Pérez Andreo

https://revistacarthaginensia.com/index.php/CARTHAGINENSIA/article/view/477 

viernes, 24 de junio de 2022

¿TIENE FUTURO LA TEOLOGIA?: Conversatorio en Los jueves de Religión Digital

A veces me preguntan mis compañeros y compañeras de los colectivos sociales de los que formo parte sobre que tiene que ver eso con la teología o incluso que es eso de la teología. Este conversatorio responde a esta pregunta, especialmente al final del mismo, la parte en la que me refiero a la Teología del grito. Un gusto compartir conversación con tantos compañeros y compañeras

https://www.youtube.com/watch?v=bq1D0sziblI&list=PLQzXAeDD7IpWleV-hT6VYKVzYF0VVpW_U&index=1 



 

sábado, 11 de junio de 2022

9 de Junio: Por fin se hizo posible la ratificación del convenio 189 de la OIT



Porque era una deuda histórica con las mujeres más precarizadas y explotadas....

Porque llevamos más



de 15 años reclamando el derecho a tener derechos 

Porque el liderazgo de las mujeres migrantes en esta lucha  ha sido fundamental 

Hoy gritamos con más fuerza que nunca: 

PORQUE SIN NOSOTRAS NO SE MUEVE EL MUNDO 

QUERIAN BRAZOS Y LLEGAMOS PERSONAS

QUE VIVAN LAS LUCHAS FEMINISTAS  


miércoles, 8 de junio de 2022

Coloquio en la librería Zaitegui ( El Escorial)


 Pues si, junto con Teresa Casillas, de la Revuelta de mujeres en la iglesia conversaremos el próximo sábado, en Zaitegui Libros, en El Escorial  sobre el sentido de escribir y poner palabra feminista al mundo. Placer de conversación. 

martes, 7 de junio de 2022

Genealogías femeninas de la Revuelta de las mujeres en la iglesia: LUZMILA JAVOROVA



Mi nombre es Luzmila y aunque soy una mujer de luz y de palabra, mi vida siempre ha trascurrido en la clandestinidad y mi historia ha sido sometida a la invisibilidad y el silencio

Nací en Checoslovaquia en Brno, 1932, en el contexto de un régimen comunista, en el seno de una familia católica que vivía su fe clandestinamente, formando parte de la iglesia invisible perseguida por el régimen.

Por esta razón la fe y el compromiso como creyente fueron siempre un riesgo vivido desde una confianza incondicional en un misterio mayor de Amor y Gratuidad que desde muy joven experimenté que me habitaba. La presencia de un Amor absoluto que acompañaba y sostenía siempre mi vida en medio de tantas dificultades me empujaba a compartir mi vida con lo más olvidaos e invisibles y a dar razón de mi fe y mi esperanza. Por eso quise ser monja, pero eso me resultó imposible al vivir en un país comunista.

Trabajé en lo que me salía para mantenerme económicamente y mantener a mi familia, pero gran parte de mi jornada, robándole horas al sueño y al descanso lo hacía en las actividades clandestinas de la iglesia católica. Así era nuestra vida como creyentes comprometidos. El arzobispo de Praga, monseñor Vlk, trabajó más de 20 años como un simple limpiacristales mientras organizaba la iglesia clandestina.

Mi dedicación, mi entrega a cualquier hora, desafiando dificultades, mi formación con lecturas que conseguía no se ni como, la forma de narrar el evangelio y conectarlo con nuestra realidad de iglesia invisible y mi responsabilidad en el acompañamiento y el cuidado de las personas, me fue dando una gran autoridad en esta iglesia perseguida.

Mi amistad e incondicionalidad con el obispo de Brno, también clandestino, Félix María Davidek me llevó a compromisos muy fuertes cuando éste fue encarcelado. Quizás por eso cuando en 1964, fue puesto en libertad, el mismo me nombró primero su secretaria adjunta y posteriormente vicaria general. Un nombramiento insólito para una mujer en aquel contexto.

Asumí entonces importantes y arriesgadas responsabilidades en la organización de la estructura de la iglesia clandestina que requería sacerdotes arriesgados y libres. Por eso en un gesto de gran libertad por parte de mi obispo en 1964 fui por ordenada sacerdote con otros curas casados, algunos obispos también casados y cinco mujeres más. La situación de urgencia así lo requería.

De todos ellos y ellas yo soy la única que tras años de silencio he dado ni nombre a reconocer públicamente y mi historia. La iglesia checa no sería lo que es sin el trabajo invisible que tantas mujeres hicimos arriesgando en ello nuestras vidas, ofreciendo nuestras casas para reunirnos, celebrando sacramentos a riesgo de ser multadas o encarceladas.

El Vaticano conocía nuestra existencia y nuestro servicio desinteresado por amor al evangelio y a la iglesia. Pero cuando en 1989 cayó el régimen comunista en nuestro país y se abrió la libertad de cultos todo cambió para nosotras. El Vaticano dictaminó que nuestra ordenación había sido ilícita. Me sentí profundamente utilizada fue entonces cuando decidí guardar silencio y abrir un tiempo de discernimiento y reflexión pensando en lo que fuera lo mejor para mi comunidad, dado que se iniciaba una época nueva llena de esperanza, pese a la decisión del Vaticano sobre la ordenación de las mujeres y los hombres casados en la iglesia clandestina en Checoslovaquia.

En este tiempo intenté fijar una entrevista con el Papa Juan pablo II por medio del cardenal Wyszynski de Polonia, pero sin conseguirlo. Después le pedí ayuda directamente para que me aceptase como lo que era una mujer ordenada. Le escribí una carta», que decía simplemente: «Santo Padre, he recibido la ordenación sacerdotal en estas circunstancias, y ahora se lo comunico». El Papa encargó al cardenal Ratzinger poner orden. Roma negó la validez de mi ordenación sacerdotal y de los obispos y curas casados.

Tristemente el tema se cerró definitivamente. Nuestros nombres y nuestro servicio se arrancaron de esa página de la iglesia, como si no hubieran existido. Por eso en 1995 decidí hacer pública mi historia escribiendo con la ayuda de Miriam Therese Winter un libro que lleva por nombre Desde lo hond.o si queréis conocerme mejor os invito a leerlo.

Mi fe sigue siendo fuerte y se sustenta en el Evangelio más que en la iglesia que es siempre débil, como lo somos cada uno y cada una de nosotras. Hoy sigo colaborando en mi parroquia como responsable de la comisión litúrgica.

Pepa Torres Pèrez




















 

martes, 31 de mayo de 2022

Mi linaje de mujeres. Gracias compañeras por el día de hoy

Hoy hace 95 años  que las primeras compañeras de la institución de la formo parte, la vinculación más fundante que me configura, decidieron compartir la vida en comunidad y comprometerla con la dignidad y los derechos de las personas más empobrecidas desde las periferias.

 Lo hicieron no apoyadas en el poder ni el dinero sino en la fuerza del Amor, los vínculos y la solidaridad acogida y regalada .

¡Orgullosa de este linaje de mujeres buscadoras y resilientes por las que en gran parte soy quien soy hoy.

Gracias compañeras en tolos lugares del mundo donde estamos.

Gracias mujeres apóstoles del Corazón de Jesús
    

lunes, 30 de mayo de 2022

Lectura recomendada: Mujer que no poseeré jamás, de Miguel Angel Mesa

 

Mi amigo y poeta Miguel Ángel Mesa  ha escrito una recopilación de poemas inspirados por las mujeres de su vida. Un texto muy bello . Lo recomiendo. El libro se llama MUJER QUE NO POSEERÉ JAMÁS 

Un año más Picnic del barrio en el Museo Reina Sofìa

 https://www.museoreinasofia.es/actividades/picnic-barrio-2022

Porque es posible agujerear las instituciones y hacer alianzas entre el arte y ls luchas vecinales. 

No faltes 

miércoles, 25 de mayo de 2022

sábado, 14 de mayo de 2022

SEMBRANDO RESISTENCIAS ( Alandar Mayo 2022)


Hace más de un año cuando la nevada Filomena arrasó las plantas de un patio comunitario donde nos reuníamos diversos colectivos de mujeres decidimos, al llegar la primavera, hacer una convocatoria para que el patio floreciera de nuevo. La llamamos Sembrar resistencias y así lo hicimos incluso bajo una lluvia torrencial. Desde entonces nos animamos a hacerlo todos los años en lugares diferentes del barrio donde las mujeres nos encontramos. Porque de los ciclos naturales, aprendemos, que tras el invierno la primavera vuelve a emerger, por eso tenemos que hacernos expertas y expertos en sembrar resistencias que a su debido tiempo florezcan.

En las culturas mediterráneas el mes de mayo es siempre un tiempo propicio para la sementera. Sembrar resistencias y propuestas en busca de salidas comunitarias a la guerra contra la vida en la que estamos inmersas. Porque la guerra de Ucrania, trágicamente de actualidad en todos los medios de comunicación, frente a tantas otras condenadas a la invisibilidad y al olvido, se inserta en esta otra de dimensiones aún mayores. Una guerra contra la vida que ataca las bases materiales, los vínculos y las relaciones sin las cuales es imposible que se sostenga, no solo en Occidente sino de Sur a Norte del planeta. Una guerra que reproducimos con estilos de vida depredadores que explotan desde prácticas cómplices vidas y pueblos que no importan.

Por eso, porque hay expertos en expolio nosotras queremos serlo en sementera, incluso en condiciones adversas, como aquellas mujeres de las que habla Galeano en uno de sus cuentos, que cuando huían de las plantaciones donde habían sido esclavizadas Antes de escapar, robaban granos de arroz y de maíz, pepitas de trigo, frijoles y semillas de calabazas. Sus enormes cabelleras hacían de graneros y así cuando llegaban a los refugios abiertos, las mujeres sacudían en sus cabezas y fecundaban de este modo la tierra libre. O como otras mujeres que nos han precedido y que son para nosotras maestras de vida en las luchas por ecojusticia y la equidad de género, aquellas que nos recuerdan que lo que nuestras madres plantaron, nosotras cosechamos. Plantaron libertades, sueños, desmanes, quejas, lo nuevo, lo por venir. Les dijeron que no crecería, pero plantaron. las llamaron locas, pero plantaron, Y como lo plantado tenía fuerza y raíz (…) llego a nosotras (…) De ellas obtenemos frutos y semillas que volveremos a plantar.

En Este mayo “postcovid” tengo mis energías y mis deseos puestos en varias siembras colectivas que vienen de largo. La primera de ellas es el reconocimiento de los derechos de las trabajadoras de hogar y de cuidados históricamente negados, y la ratificación del convenio 189 de la OIT, así como su inclusión en el régimen de la Seguridad Social con todos los derechos, incluido el del subsidio al desempleo. Son años de mucho cuidado e inteligencia colectiva en esta siembra, liderada por las mujeres migrantes que tras innumerables resistencias y propuestas peleadas palmo a palmo, en la calle, en la conciencia de las propias trabajadoras, en la ciudadanía y en las acciones de incidencia política, por fin han obligado al gobierno a trasladar la ratificación al Congreso para ser votada.

Quizás esté pronto por llegar el tiempo de esta cosecha, pero mientras tanto no habrá que bajar la guardia hasta que la ratificación sea un hecho en las condiciones y con los contenidos y aplicaciones que las propias trabajadoras demandan. Hasta que así sea y al grito de desde la lastima nada, desde la dignidad todo y ¡querían brazos, pero llegamos personas! seguiremos sembrando y alentando esta lucha.

La otra siembra en la que andamos inmersas muchas mujeres cristianas y feministas es la revuelta de las mujeres en la iglesia y la preparación del Sínodo mundial: Catholic Women Council, que celebraremos presencial y virtualmente en Roma en octubre de este mismo año. Una siembra de sororidad y conciencia crítica enormemente creativa en las propuestas que vamos recogiendo y elaborando para conseguir esa reforma estructural de la iglesia desde la perspectiva de las mujeres que tanto nos urge. Somos muchas las que estamos convencidas que sin el reconocimiento de nuestros derechos y la aportación de las mujeres en ella la iglesia traiciona lo mejor de sí misma.

Pero para esa cosecha aún queda…



Pepa Torres Pérez