Su definición de la teología como una carta de amor al Dios en el que creo, al pueblo al que pertenezco y a la iglesia de la que formo parte. Un amor que no desconoce perplejidades, y hasta los sinsabores, pero que es es sobre todo fuente de una honda alegría conecta profundamente con el por qué y el para que de mi teología.
Su imagen sobre la necesidad de las luciérnagas en épocas oscuras del Perú y de la iglesia me han sostenido en algunas noches de mi vida :
" Cuando la oscuridad es mayor un fósforo encendido, una chispa, una luciérnaga tiene un alcance inusitado y levanta nuestra esperanza. Por instantes nos permite vernos las caras, saber que estamos ahí, percibir rostros menos deprimidos y temerosos de los que las tinieblas nos podían hacer penar, sentir miradas que que invitan al dialogo y la colaboración .Eso nos anima a encender otras luces y quebrar la incomunicación (...) Son las pequeñas pero contagiosas luces que alumbran con su entrega y generosidad una espesa noche, La luz no esta la final del túnel, se halla en el mismo túnel, en las personas que transitan en ál. A ellas les toca iluminarlo; mas aun, hacer caer sus muros y su techo, para que deje de ser un encajonado y obligado camino y se convierta en una ancha, franca y luminosa avenida que nos conduzca la equidad y a la justica" ( La densidad del presente).
Gracias Gustavo por tu profecía y tu resistencia
Gracias Pepa por tu reconocimiento de tanto cómo aportó el gran referente de la teología de la liberación, es como una fuente que mana y podemos seguir bebiendo de su sabiduría
ResponderEliminarGracias Pepa. Conecto mucho con todo lo que expresas y para mi también ha sido muy inspirador en algún momento de mi vida. Un abrazo fuerte
ResponderEliminar