lunes, 8 de diciembre de 2025

A propósito de la película los Domingos


     La última película de Alauda Ruiz de Azúa está siendo un éxito de taquilla en todos los cines de España donde se está proyectando. En tan solo cinco días desde su estreno superó los 100.000 espectadores y espectadoras de las más diversas índoles e ideologías. Una película que tras la escena final provoca un gran silencio e inmediatamente después, la necesidad de conversar sobre ella, por la polisemia de su significado según la posición de los espectadores y espectadoras. Galardonada con la Concha de oro a la mejor película del festival de San Sebastián no es solo una película de gran calidad artística, en la que la belleza, la sobriedad, la luminosidad de los primeros planos, los detalles visuales, las miradas y la música van introduciendo al público en una trama poco usual en nuestros tiempos: el discernimiento y la decisión final de una joven, menor de edad, de ingresar en un monasterio de clausura frente a la oposición de su tía atea y la incomprensión de su contexto. Una película de profunda honestidad por parte de la directora que, pese a identificarse como atea, aborda respetuosamente la cuestión de la fe y la vocación, a la vez que ofrece también elementos críticos que nos provocan más preguntas que respuestas.

Si bien algunos obispos españoles consideran que la temática de la película es la vocación religiosa y la fuerza de la fe en esa decisión, yo creo que el tema es la herida vital que atraviesa hoy a muchas familias y personas jóvenes, así como la imposibilidad de dialogo y encuentro, por la intolerancia y el sectarismo, que pueden llevar a decisiones de huida y evasión en busca de seguridad afectiva y pertenencia. Junto al personaje central resaltan otros que aportan claves interpretativas interesantes: el padre ausente, asediado por deudas e iniciando una nueva relación de pareja, la tía racionalista y atea, que no atraviesa su mejor momento vital, muy crítica con la religión y con la iglesia, pero a su vez el personaje que más afecto y preocupación muestra por la protagonista y que intenta por todos los medios a su alcance convencer a la joven para aplazar su decisión, hasta vivir otras experiencias como la universidad, las relaciones con los chicos, etc: la abadesa del monasterio, que ofrece, escucha, reconocimiento, sabiduría espiritual, pero que en ningún momento considera la minoría de edad de la joven ni sus heridas personales como elementos a discernir, sino que en todos sus diálogos se refiere a la absolutez de la llamada de Dios exenta de todo realismo ; Las hermanas pequeñas de las que cuida la protagonista; El director espiritual joven, bondadoso e ingenuo, que tampoco en ningún momento remite a la joven a la necesidad de vivir más experiencias antes de tomar la decisión de hacerse monja de clausura para que su opción sea más madura y menos idealizada.

 Importante también en la película es el ambiente de religiosidad intimista y descomprometida con la realidad que se ofrece en el colegio donde estudia la protagonista, como humus que propicia la decisión. Sin duda que la decisión de hacerse monja, ya sea de clausura o de vida apostólica, hace mucho tiempo que en nuestro país pasó de ser un privilegio a, en muchos casos, una “vergüenza familiar”. Por eso creo que la película refleja muy bien este “cambio de imaginario” y todas las tensiones que vive la joven protagonista.

Sin embargo, el sabor final que me deja la película es una visión de la espiritualidad y la vida religiosa, descomprometida con el mundo que no comparto, no por ser de clausura, sino por el modo que se refleja en ella. Una vocación intimista en centrada en “Dios y yo”, en ausencia total de referencia a la atracción de los valores evangélicos. Una especie de enamoramiento a lo divino descontextualizado y atemporal como vía de escape e inducido desde un ambiente determinado y unos procesos de discernimiento que desde luego muchas congregaciones religiosas consideraríamos inadecuados No creo que sea esta la pretensión de la directora, como tampoco creo que lo es la interpretación que el catolicismo más conservador pueda estar haciendo de esta película para pretender legitimar sus opciones y la vida religiosa que la representa. Hay quienes piensan que con “Los domingos” y con “Lux “ de Rosalía hay una vuelta a la religión y a la espiritualidad de los y las jóvenes, pero tenemos que preguntarnos ¿Qué religión y qué espiritualidad?.






viernes, 5 de diciembre de 2025

Valoración ante la respuesta de la Comisión de Investigación y Estudio del Vaticano sobre el diaconado femenino


1-Una vez más, las mujeres católicas nos sentimos profundamente decepcionadas de las decisiones de la Iglesia por seguir manteniendo muros que nos impiden el acceso a los ministerios ordenados, en concreto al diaconado, pese a su existencia histórica, durante siglos, en la Iglesia: una memoria y tradición conocida que se ha desarrollado de manera desigual y con especificidades locales propias.

2- En el marco de una Iglesia comprometida con la sinodalidad, la negación del diaconado femenino nos parece una contradicción intrínseca, porque nuevamente desde la jerarquía se pretende generar procesos de cambio eclesial sin nosotras, las mujeres. Se apartan así nuestros dones, aspiraciones y deseos más hondos de servicio al Evangelio y se olvida, de nuevo, que la participación en la Iglesia no es una cuestión utilitarista ni tampoco una jerarquía de consagrados y subalternas, sino una diversidad de ministerios eclesiales, que reconoce y otorga la comunidad cristiana a quien posee los dones que Dios le ha dado.

3- En este sentido, las propuestas sobre la participación en igualdad que han llegado al Sínodo de la Sinodalidad han sido miles, visibilizando que, en los lugares más olvidados del mundo incluso por la propia Iglesia, las comunidades cristianas se mantienen vivas, de hecho, gracias al Espíritu y la tarea diaconal no reconocida de las mujeres en sus comunidades.

4- Creemos que la resistencia al diaconado femenino, entendido dentro del orden sacerdotal, y la negativa a su reconocimiento y puesta en marcha, es una decisión más fruto del miedo a la pérdida del privilegio masculino, que de la audacia evangélica y el reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres instaurada por Jesús de Nazaret.

5- Consideramos que argumentar la exclusión del diaconado en la masculinidad de Cristo pone en riesgo la teología del Concilio Vaticano II que ratifica la igual dignidad de las mujeres y los hombres y el reconocimiento de las primeras como imagen de Cristo, y la hace exclusiva de los varones. Esta argumentación, basada en la diferencia sexual, algo constitutivo del ser humano, significaría que las mujeres no son salvadas de la misma manera que los varones, pues no son imagen de Cristo (en su naturaleza humana). Esto, desde una perspectiva teológica y salvífica, tiene una gravedad enorme, pues impide la plena cristificación de las mujeres. Se trata –además- de una argumentación poco convincente incluso para la propia comisión de estudio, en la que 5 de 10 miembros votaron en contra y otros 5 a favor.

6-El documento final es un reflejo de los miedos y tensiones internas que la cuestión de las mujeres sigue provocando a la Iglesia. Lo que para algunos es una peligrosa confusión antropológica que alinea a la Iglesia con el espíritu de los tiempos, para otros y otras, es lo que miles de mujeres católicas reclamamos hoy a la Iglesia: escuchar los signos de los tiempos, entre ellos -sin duda- el clamor por la igualdad y la justicia de género frente a toda forma de poder y violencia contra las mujeres y actuar en consecuencia frente a siglos de discriminación y subordinación.

7-Creemos, en definitiva, que se trata de un documento tremendamente ambiguo que aplaza la cuestión de la ordenación de las mujeres como diáconas/diaconisas, quedando abierta a una mayor exploración teológica y pastoral y remitiendo la decisión final al magisterio. A cambio se favorece una mirada segregada, benévola y paternalista, hacia las mujeres con el reconocimiento de nuestra diaconía bautismal y adjudicándonos una mal entendida dimensió
n mariana de la sumisión y la complementariedad, justificándolo con un lenguaje ambiguo que anima a “ampliar los espacios comunitarios y de participación y corresponsabilidad a las mujeres”. Con ello se pretende contentarnos, como así ha sido desde hace siglos y sigue siendo, con un rol de creyentes “complementarias” y secundarias.

Pese a todo ello, como Revuelta de Mujeres en la iglesia de Madrid, nos sentimos tercamente esperanzadas y llenas del Espíritu santo y transformador, porque la esperanza en el Evangelio no defrauda, porque sabemos de quién nos hemos fiado…porque la Iglesia siempre necesita voces proféticas en su falibilidad histórica. Esta es nuestra labor como Hijas de Dios e hijas de la Iglesia e invitamos a que otras y otros creyentes se sigan sumando a esta labor, ciertamente imprescindible.

Ritual : El arte de encontrarse


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miércoles, 3 de diciembre de 2025

Presentación de Vivas nos luchamos en Zaragoza


 Las amigas de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia de Zaragoza y  el periodista Juanjo Hernández  presentan conmigo mi último libro en Zaragoza. Si estáis  por allí  encantadas de que os suméis.  Un libro  a caballo entre la espiritualidad, el activismo  y lo social.  Os esperamos